Soplan vientos de cambio

Carlos Eduardo Lagos

Las elecciones a la constituyente en Chile terminaron con la derrota del oficialismo, logrando la oposición una mayoría del 77%, pierde el modelo neoliberal inscrito con sangre en la dictadura de Pinochet. Ha ganado el sentimiento de cambio y transformación convertido en fuerza mayoritaria desde su nacimiento con las protestas sociales en la plaza de la dignidad, con el movimiento feminista a la cabeza.
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Pero lo que pasó en Chile no es ajeno a Colombia, nuestro país ha seguido la misma ruta, tanto en el fortalecimiento del modelo neoliberal, en momentos en que la pobreza se vuelve vergonzante y toma visos de tragedia; como en su declive, por ello la ley de reforma tributaria y la reforma a la seguridad social en salud que cursa en el congreso, son solo el detonante de una realidad que duele, que ofende como para verla cómodamente desde nuestras casas.

En momentos en que el DANE certifica los índices de pobreza del año pasado en el 42,5% de la población; como en Chile son los jóvenes quienes han tenido la palabra en Colombia, ellos se han encontrado con un país que no quieren, que no desean; es triste decirlo pero nuestra generación no quiso o no pudo hacerlo y por ello  permitimos que se firmaran los TLC que acabaron con el agro y con la incipiente industria colombiana, se plagiara de manera descarada el modelo de seguridad social de Chile y el modelo neoliberal de la escuela de Chicago, que se implantó en ese país con sangre, durante nuestra generación se escaló el conflicto armado interno degenerando en los más atroces actos de violaciones al derecho internacional humanitario y también de actos terroristas; no pudimos contra la corrupción, la cual según la contraloría en Colombia se roban 50 billones de pesos al año.

Pero ahora es la sociedad entera la que marcha junto a todos los sectores que la integran y  encuentra su primera línea en los jóvenes que quieren cambios reales, ellos se cansaron de escuchar el mismo discurso de siempre, del que todo cambie para que todo siga igual, de las comisiones, del conversatorio nacional y de un gran etcétera. 

Es por esto y por mucho más que los jóvenes se han abanderado del cambio necesario que nuestra generación no pudo o no quiso cambiar; encontramos entonces una manifestación propositiva que estará en las calles hasta cuando sea decente y consecuente no hacerlo.

CHARLY LAGOS

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