Inventario de vías

Espera uno, como ciudadano, que en las dependencias de la Alcaldía municipal existan los sistemas debidamente implementados, para tener los datos y la información necesaria que permita la gestión adecuada.

Hemos visto, recientemente, que el Secretario de Infraestructura informó sobre el costo de tapar un hueco en Ibagué. No vamos a controvertir esa cifra, entre otras cosas, porque no vino acompañada de las características del hueco promedio, ni de su tamaño ni de la estructura utilizada en el reparcheo.

Pero sí es oportuno que revisemos el tema del estado de las vías en nuestra ciudad capital y en todas las poblaciones del Departamento, cabeceras municipales o no. Y que revisemos, también, el costo de su reparación.


Si estamos de acuerdo con que “lo que no se mide, no se administra”, podemos afirmar que para administrarlas hay que tener un inventario de las vías. Este inventario fue obligatorio entre 1989 y 1997. Pero que ya no exista la obligación legal de llevarlo, no significa que no sea de la mayor conveniencia el tenerlo. Quizá, el patrimonio más grande que tiene una ciudad está representado en sus vías y sus zonas verdes. Por lo tanto, ese patrimonio hay que cuidarlo, mantenerlo y mejorarlo de manera continua.


Espera uno, como ciudadano, que en las dependencias de la Alcaldía municipal existan los sistemas debidamente implementados, para tener los datos y la información necesaria que permita la gestión adecuada, por parte de los secretarios de despacho a los que corresponda, del mantenimiento y mejoramiento de las vías, de la movilidad, de las zonas para esparcimiento y demás activos que conforman el patrimonio de las ciudades.


Estos inventarios deben ser públicos. Por ejemplo, si el estado de cada vía está clasificado según su deterioro, ¿cuántos kilómetros (o metros cuadrados o la medida que sea) están en buenas, regulares y malas condiciones? O por poner otros ejemplos de lo que debería ser público, ¿cuáles son los volúmenes de tráfico y cual su velocidad promedio? ¿Cuántos parques tenemos y cuántas hectáreas cubren? ¿Cuál es el nivel de ruido en las vías?


Volviendo a las calles, si el Secretario posee un inventario detallado, cuadra por cuadra, con el tipo de la vía (destapada, asfaltada), con el estado de deterioro de la vía (habrá diferentes niveles) y con el tráfico promedio diario, y si conoce el costo de llevar a niveles óptimos de conservación a cada tipo de vía desde cada nivel de deterioro, podrá informar el costo de arreglar las vías. Y, junto con el Alcalde, podrá priorizar la inversión para ejecutar los recursos escasos en donde mayor impacto produzca en la movilidad.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

Comentarios