El chavismo caerá

Nueve mil años atrás, las polis o ciudades-estado griegas, eran gobernadas por monarcas. Luego, fueron manejadas por grupos familiares aristócratas. Después, el poder militar impuso la tiranía. Pero, hace 7 mil años las polis transformaron radicalmente su política, reconocieron como única autoridad legítima al pueblo (demos), dándole derecho a autogobernarse.

Nueve mil años atrás, las polis o ciudades-estado griegas, eran gobernadas por monarcas. Luego, fueron manejadas por grupos familiares aristócratas. Después, el poder militar impuso la tiranía. Pero, hace 7 mil años las polis transformaron radicalmente su política, reconocieron como única autoridad legítima al pueblo (demos), dándole derecho a autogobernarse, es decir, a opinar sobre sus leyes, normas o reformas. Por eso, “democracia” significa “gobierno del pueblo”. Milenios después, la práctica pasó a occidente. 

Hoy en Centro y Suramérica, han surgido cabecillas enarbolando fintas banderas democráticas, llamando sus dictaduras, “democracia participativa”. Patético ejemplo, Chávez y su Revolución Bolivariana que basa su falsa democracia en una teología de culto a la personalidad. Se impuso como caudillo con sentido misional, ofreciendo al pueblo sólo acciones redentoristas y no políticas de fondo que saquen a Venezuela del hoyo profundo en el que cayó. Mas, la desviación política también la padecen quienes lo volvieron a entronizar, porque quieren continuar desangrando al Estado de manera permanente. 

Grave. El Socialismo Siglo 21 galopa hacia los 20 años de hegemonía, buscando control absoluto de la orientación política, social, económica y cultural del país. Además, con craso error, haciéndole creer a quienes ganaron en desesperada batalla por continuar tetiándole al Estado, que son los únicos dueños de Venezuela. Además, incentivando al desprecio e intimidación hacia los votantes de Capriles.  Como muestra, trino en  Twitter de una  ministra: “fascistas, golpistas y escuálidos, compren vaselina. El palo que les vamos a meter no es precisamente de agua”. 

Una constitución democrática ampara a cada ciudadano con igualdad, sin importar color, sexo, política, religión o condición social. Asimismo, el ciudadano tiene autonomía de elegir y ser elegido. El poder no puede permanecer en una sola cabeza, pues ejecutivo,  legislativo y judicial son, singularmente, autónomos. Tampoco, se puede de manera irracional, sacrificar libertades y derechos individuales, menos aun, discriminando a quien piensa diferente, porque  democracia es cien por cien participación ciudadana, pero también confrontación  de ideas a través  de la oposición. 

El chavismo, un modelo insostenible, conserva respaldo porque creó redes clientelistas entrecruzando la Nación. En esa maraña, Chávez es un quiróptero depredador que, sin justificación, confisca bienes a sus enemigos para poder cumplir el rol de gran benefactor con sus amigos. Me pregunto, cuando no haya más que expropiar y acabe el festín petrolero, ¿Podrá mantener el espejismo populista? ¿Qué hará con el 54 por ciento habituado a recibir subsidios sin esfuerzo? La paradoja del chavismo es que a conciencia dividió el país, con alevosía fomentó convulsión y cainismo, agudizó contradicciones y, apelando a quien no esta conmigo es mi enemigo, hizo del odio su mejor aliado. Por eso, tarde que temprano el chavismo caerá. Mientras tanto, me siento a esperar. 

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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