“Democracia” en el Debate Electoral

Alfonso Gómez Méndez

Hasta ahora, más allá de las simpatías o antipatías por las trayectorias públicas de algunos de los tantos candidatos, no es fácil para los electores distinguir entre partidos -porque no los hay- ni entre la pregonada y no explicada separación entre “centro” “izquierda” y “derecha”, y muchísimo menos, entre propuestas concretas sobre la sociedad y el Estado.
PUBLICIDAD

Apenas se escuchan o leen generalizaciones sobre “el modelo económico” sin distinguir cuál es el actual y cuál sería el “otro”; “lucha contra la corrupción y la politiquería” -bandera de Uribe en su primera campaña antes de la reelección-; “reforma a la justicia” sin indicar sus contenidos; “patriotismo”, “nuevo país” “esperanza”, “experiencia”, y desde luego, la necesidad de preservar la “democracia”. 

Sobre esta última quisiera señalar algunos elementos sobre los cuales, si se pronunciaran los candidatos, los ciudadanos podrían saber a qué se refieren. 

1. Circunscriben el concepto al hecho de que cada cierto tiempo tengamos elecciones, sin saber si en ellas hay o no expresión del voto libre. ¿Existe participación democrática a pesar de los altos índices de abstención? ¿Cuál es la relación entre clientelismo y democracia real? ¿Por qué los ciudadanos condicionan su voto a la entrega de puestos, favores, contratos, gabelas y hasta dinero? parodiando a Arturo Abella ¿Cuál es el papel de “don dinero” en las elecciones? 

2. En el sentido anterior, ¿Cuál o cuáles de los candidatos que se jactan hablando de la defensa de la democracia, pueden demostrar que como ministros, gobernadores, alcaldes, o congresistas nunca han participado en la repartición de puestos o contratos para favorecerse ellos o los distintos gobiernos a los que han servido en la tarea de doblegar voluntades? 

3. ¿Todos habrán leído el artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 conforme al cual, “Una sociedad en donde no estén garantizados los derechos esenciales y la separación de poderes carece de Constitución”? ¿Creen ellos que, más allá de la enunciación formal, en nuestro país hay una separación real de poderes? 

¿Cómo entender esa separación de poderes cuando un Congreso integrado entonces por amigos de Uribe -muchos de ellos ahora sus encarnizados adversarios- cambió la Constitución -por puestos como lo estableció la Corte Suprema- para permitir su reelección inmediata? ¿Por qué creen que no han prosperado las mociones de censura? ¿Por qué todos los gobiernos logran armar mayorías con puestos y contratos? 

¿Creen que es verdad que el poder judicial es independiente, con esos vasos comunicantes que hoy existen entre las cúpulas del Poder Judicial y el aparato político representado por el Ejecutivo y el Congreso?  

¿Por qué cuando se tramitó la reforma de la reelección, más de setenta parlamentarios tuvieron que declararse impedidos porque tenían familiares nombrados por el gobierno? Y, en el Poder Judicial, ¿Cuántos magistrados, para la toma de decisiones, han tenido que declararse impedidos por tener parientes nombrados, por ejemplo, en la Contraloría, como ocurrió recientemente? ¿Es esa “democracia” sin separación real de poderes la que según estos candidatos está en peligro? 

4. Siguiendo con ese artículo 16, ¿creerán los candidatos que están garantizados los derechos fundamentales, con los niveles de pobreza -incluida la miseria- en que se encuentran millones de colombianos? ¿Tendrán ellos igualdad de oportunidades frente a quienes heredan candidaturas con maquinarias electorales? 

5. Otro de los elementos esenciales en una democracia es la responsabilidad política, que consiste en que los funcionarios no solamente responden por delitos, lo que es obvio, sino por ineficiencia o abusos en el ejercicio del cargo. 

¿Cómo pensarán los candidatos hacer efectivo ese principio en una democracia verdadera? ¿Cuántos ministros han caído por sus fallas? ¿Quién respondió por el apagón, la fuga de Pablo Escobar o la tragedia del Palacio de Justicia? Y habría que agregar a esta falla la irresponsabilidad política y judicial de presidentes y altos funcionarios del Estado “amparados” por la Comisión de Acusaciones de la Cámara. 

Miles de páginas se podrían escribir por esos casos. 

¿Es esa la democracia que según los candidatos hay que defender? 

 

ALFONSO GÓMEZ MÉNDEZ

Comentarios