Jurisdicciones secretas

Augusto Trujillo

Los papeles de Panamá, en 2015, y los de Pandora hoy, forman parte de una seguidilla de escándalos que han salido a la luz, fundamentalmente, por investigaciones periodísticas. Se trata de dineros escondidos por millonarios, para evadir impuestos que deberían pagarse en el país de residencia de sus respectivos dueños.
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Ahora la investigación corrió a cargo de un consorcio internacional de periodistas vinculados a algunos de los diarios más importantes del mundo. Sin embargo, su director Gerard Ryle, se atrevió a decir que tras el resultado de las investigaciones subyace una actitud de hipocresía: Cuando salen a la luz, la reacción general es de indignación y de protesta. Pero cuando aparecen nombres de líderes mundiales, de estrellas del espectáculo, de deportistas famosos, no pasa nada. No pasó nada antes y, probablemente, no pasará nada ahora.

Entre los colombianos está Shakira, por ejemplo, pero también altos funcionarios del gobierno, entre ellos el propio Director de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian. La cantante, quien vive en España, enfrenta investigaciones concretas por evasión fiscal. El Director de la Dian, quien vive en Colombia, no tiene ni siquiera un llamado de atención, y su jefe inmediato adelanta una absolución: Tener cuentas en el exterior no constituye delito. Así como el Director de la Dian, en otros países figuran el ministro brasileño de Economía, el ministro de Finanzas holandés y varios jefes de Estado, entre ellos tres latinoamericanos.

Todos ellos tendrían inversiones en paraísos fiscales, cuyo perverso funcionamiento permite enriquecimiento ilegítimo de unos pocos, a costa de muchos contribuyentes leales, que están asumiendo una carga tributaria injusta. Esa sería una ética del éxito individual pero no la del servicio público: Quien la practica no debe moverse en política, ni ejercer oficios dirigentes. Esos son los paraísos fiscales: Jurisdicciones secretas en donde apenas existe una carga impositiva mínima sobre las ganancias, si es que existe, pero también unas dificultades gigantescas para intercambiar información sobre depósitos e inversiones.

En Colombia se han vendido empresas grandes, a precios que no conoce el fisco nacional, pues la operación se registra en algunos de los 50 paraísos fiscales que funcionan en los cinco continentes. El diario “El País” de Madrid, en nota del lunes 4 del corriente mes, expresa que la elusión de los millonarios resta la recaudación por renta y patrimonio, de manera que estos impuestos pierden progresividad, afectan a los más vulnerables y a los sectores medios de la escala social: “Lo que los evasores no tributan, suele compensarse incrementando el IVA”, gravamen indirecto que pesa más sobre los que ganan menos.

Por su parte, “The Economist” de Londres, en nota fechada el mismo día, apunta que los evasores hallaron formas de explotar las lagunas de las normas tributarias transfronterizas. Los acuerdos fiscales internacionales y bilaterales fueron diseñados para evitar el doble pago de impuestos, pero también pueden jugarse para producir una doble no imposición. De acuerdo: Eso no tiene que ver con el derecho penal. Va más allá: tiene que ver con la ética civil y con la moralidad en el servicio público.

AUGUSTO TRUJILLO MUÑOZ

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