Elecciones y gastronomía

Benhur Sánchez Suárez

Desde un punto de vista estrictamente personal, no me va ni me viene quién haya sido el ganador de las elecciones en los Estados Unidos, si Biden o Trump, porque tengo claro que, con el resultado, mi situación no tendrá ninguna variación y menos la del país, que seguirá tan estática como la mía y tan sometida como siempre.
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Por eso me ha fastidiado que tanto los medios de comunicación como las redes sociales permanecieran pendientes, más allá de la cordura, de los resultados. Esta actitud reflejó, eso sí, la notable dependencia que nos obliga al culto y a la sumisión y a demostrar cuánto somos de protectorado y de país sometido e hipotecado a los intereses de la nación del Norte.

Periódicos, programas radiales y de televisión, foros por plataformas virtuales, han debatido hasta la saciedad la situación del mono altanero y del anciano mesurado.

Y más me ha fastidiado que amigos me pregunten cómo me siento al darse a conocer que el demócrata venció al republicano, la prudencia contra brutalidad suicida, como si mi cotidianidad se alterara más allá de una noticia y de una posición centrada en nuestra realidad y adaptada al correr de los tiempos. Sigo siendo el mismo.

Mejores noticias me han dado que el circo electorero del país del Norte. Por ejemplo, la apertura en Ibagué de un restaurante de tapas españolas, que amplía notablemente la oferta gastronómica de la ciudad y le da un toque de cosmopolitismo, independientemente de si Trump deja de descuartizar la ilusión de miles de inmigrantes latinos a su finca grande, o Biden superará los entuertos y logrará que su país siga siendo el motor del mundo, cabalgando sobre nuestras maltrechas economías.

Qué lujo de tapas, señores, qué agradables tardes de tertulia se pueden tener en este lugar, sobrio y elegante, con un buen par de tapas escogidas de su menú, una copa de vino y una atención que pareciera no ser como la de la mayoría de los establecimientos de la ciudad, diligente y presta a solucionar las dudas e inquietudes de sus comensales.

Ya podemos ir de tapas una tarde en Ibagué.

Para saciar la curiosidad de tantos que quisieran ir de tapas, les diré que está ubicado junto al Museo de Arte del Tolima, donde antes funcionaba una cafetería y se llama La Tapera. Sé que no se arrepentirán de visitarlo.

Incluso pueden seguir comentando el resultado electoral de los Estados Unidos, porque el temita dará para más tiempo de análisis, sobre todo después de tanta expectativa por saber si el mundo será mejor después de Trump y cuánto juego nos dará la próxima administración. Se pueden desilusionar de la elección, el sistema no cambia, pero no de la comida.

BENHUR SÁNCHEZ SUÁREZ

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