¡Es con políticas públicas!

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

La última encuesta realizada por el Centro Nacional de Consultoría y publicada por la revista Semana arroja unos resultados desalentadores para Ibagué, pero al mismo tiempo nos está dando una radiografía de la condición actual de la ciudad. Y no es solo el hecho que el Alcalde Municipal tenga una calificación promedio de su gestión de 2,4 –en una escala de 1 a 5-, sino también, el hecho que el 70% de los ibaguereños considera que la ciudad va por mal camino. Esto es grave porque, al día de hoy, significa que está perdiendo legitimidad.
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Esto, es un claro ejemplo de causa-efecto, pues lo que más le preocupa a los ibaguereños son tres cosas: primero: el desempleo, segundo: la inseguridad y, tercero: la quiebra económica. Todos estos indicadores tienen un común denominador, una profunda crisis económica y social.

El primero de ellos requiere ahondar en la generación de fuentes de empleo con capacidad de perdurabilidad en el tiempo –una ciudad con una vocación tecnológica que incite al emprendimiento, pero también una apuesta a la agroindustria regional, así como un creciente interés en potencializar la zona franca, pueden dar una luz en medio del sombrío panorama-.

El segundo, la inseguridad, no se resuelve solo con más policías en las calles ni con la militarización de la ciudad, es con oportunidades a los miles de hogares que viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad –en especial a los jóvenes de la ciudad quienes son los más golpeados con el desempleo-.

El tercero, la quiebra económica, llama con urgencia un plan de reactivación económica –desde el año pasado he venido insistiendo en que, en Ibagué, no hay un plan de reactivación económica, lo que hemos tenido ha sido una reapertura de la economía y con planes pilotos-. Se requieren ayudas, por parte del Gobierno, para las micro y pequeñas empresas de la ciudad, que nos puedan llevar a conservar puestos de trabajo, generar incentivos a la inversión y, por supuesto, definamos la vocación económica de la ciudad. Transformar ideas en políticas públicas a corto, mediano y largo plazo es lo que requieren los ibaguereños para recuperar la confianza y perder la incertidumbre que puede existir en la población, pero sobretodo, para incentivar actividades en sectores económicos concretos.

La encuesta da la respuesta y lo vuelvo a repetir, ¡es con políticas públicas acertadas!, que se puede lograr que la ciudad sea competitiva y equitativa. El resultado así lo indica, pues nos llama, por un lado, a generar un bienestar social, lo cual se logra con una reactivación del sector económico y productivo de la ciudad y, por otro, a generar equidad, como idea a desarrollar en este preciso contexto social de la ciudad. Esto, requiere una intervención urgente para lograr, en gran medida, soluciones que disminuyan la crisis social que atraviesa el municipio, pues, probablemente, es la causante de  muchos de los problemas de inseguridad que atraviesa, no solo la ciudad, sino el país.  

CAMILO ERNESTO OSSA B.

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