Las abolicionistas que maquilan sueños en Tolima

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Hoy les vengo a contar una historia maravillosa de restitución de derechos, emprendimiento y movilidad social, digna de ser replicada y multiplicada en todos los territorios donde ha permeado la violencia y la esclavitud como formas de (sub)desarrollo social.
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En Ibagué, nuestro principal activo es la ciudadanía libre y empoderada, convencida de los procesos de transformación de la realidad a partir del respeto, promoción y garantía de derechos y, cuando esto se junta, con el ánimo al progreso, la resiliencia y la solidaridad, tenemos resultados, diría yo, sorprendentes, solo que, a veces, caminamos demasiado rápido y no lo notamos. La semana pasada recibí una invitación a conocer un proyecto social que, a parte de ropa, maquila oportunidades. Hablamos del centro de moda abolicionista que trabaja por la restitución de derechos, da trabajo digno, prestaciones sociales y calidad de vida a mujeres víctimas, tanto de violencia y explotación sexual, como a personas que han sufrido discriminación por ser población diversa, mujeres víctimas del conflicto armado, de violencia intrafamiliar y drogadicción; todas estas personas que, a hoy, son, o aspiran a ser, operarias de moda.

El proyecto se llama “Toma mi mano”, tiene marca región registrada y es el primer caso de éxito local con ruta de atención. Las operarias de moda son 23 mujeres que hacen parte del programa de prevención por estar en situación de riesgo y vulnerabilidad, pero al lado de ellas está la Fundación Dignidad Abolicionista, como lider del proyecto, quien aparte del acompañamiento psico-social, ha buscado la consolidación de esfuerzos para capacitar a 400 mujeres en el Tolima en confección, han logrado caracterizar 658 personas en condición de prostitución en Ibagué y han logrado la unión tripartita (fundación– empresarios-Sena), para lograr la realización de este proyecto. Se espera, con la consolidación de 4 proyectos más, poder llegar a 600 mujeres en el año 2028. A la cabeza de la Fundación Dignidad Abolicionista y como gestora del proyecto está Andrea Abella, a quien conocí en el 2018 en mi paso por la Personería Municipal. En ese momento me contó de esta maravillosa idea que ya empezó a materializar con éxito, donde ha tenido que luchar, luego de un proceso de recuperación completa, para convertirse en una verdadera defensora de cualquier forma de esclavitud en el país, una Abolicionista.

Apoyadas por un grupo de empresarios que le apostaron al proyecto, con el acompañamiento de la Cámara de Comercio de Ibagué y con la capacitación del Sena en la formación de las operarias, todos los días llegan a su nuevo lugar de trabajo, con garantías, a maquilar la ropa de varias marcas locales, así es que tanto ustedes lectores, como yo, en cualquier momento podríamos haber comprado y usado ropa maquilada por las operarias de moda del Tolima, y si no lo hemos hecho, que sea esta una razón para siempre apoyar la industria local, porque detrás de cada prenda que usamos hay una historia por contar, hoy, contamos la historia de las Abolicionistas del Tolima, cargada de esperanza e ilusión de lograr la movilidad social y la restitución de derechos que en Colombia suele ser una utopía. Desafortunadamente en el proyecto no hay participación ni del gobierno municipal ni departamental, por la siguiente razón, porque no está incluido en los planes de desarrollo y, como consecuencia de lo anterior, no tiene asignados recursos, por eso llamamos la atención a los gobiernos para que se interesen e incluyan estos proyectos de restablecimiento de derechos en sus programas de gobierno, como forma primigenia de soporte para alcanzar el desarrollo local, ese es el camino.

CAMILO ERNESTO OSSA B.

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