El pasado en presente

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Ibagué está congelada en el tiempo, no solo por la infraestructura y las condiciones socioeconómicas, sino también por la forma como nos (des)gobiernan y, peor aún, como señalan a “dedo” quién o quiénes “pueden” o “deben” ser candidatos o candidatas a dirigir. Vamos por partes; el fuerte aguacero que cayó sobre la ciudad el pasado miércoles, nos recordó, una vez más, lo obsoleto de la infraestructura hidrosanitaria, la ausencia de un proyecto claro de cultura ciudadana que nos eduque, a los ciudadanos, sobre la importancia del reciclaje, de no arrojar basuras en las calles, etc., de la eficiente y oportuna recolección por parte del operador, de la gestión de residuos y el consumo “agresivo” de materiales, como el plástico de un solo uso, en la contaminación, todo esto, debemos -y estamos en mora- irlo corrigiendo.
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Menciono que el aguacero nos recordó una vez la obsolescencia, porque notas para la memoria tenemos a diario, con la precaria red semafórica, la gestión del tránsito, la infraestructura vial, el impulso a los medios alternativos de movilidad, la crisis económica, la planificación territorial, la disponibilidad del agua potable, la inseguridad y muchos otros más, que son una lista interminable e inagotable de pendientes que han ido quedando a lo largo de los años y pasan factura. Necesitamos edificar un modelo de ciudad que implique desarrollar los hechos municipales principales que limitan el desarrollo.

Costumbre y carrera hace en las calles escuchar –claro que también las he leído- “sentencias” populares frente a la imperiosa necesidad de las alianzas, pactos o bendiciones para acceder a las dignidades de decisión, cuando es justamente esa dinámica perversa la que ha congelado el municipio en el tiempo, por dar respuestas a intereses particulares o partidistas.

Claramente, la unión de esfuerzos comunes son fundamentales -y decisivos- pero para llegar, no para nacer. Como se llega se gobierna, dicen algunos, yo creo más bien que, como se nace y se forma (una candidatura), se gobierna y se ejecuta.

Por último, el panorama local es muy difícil y requiere la atención de la administración municipal, por esa razón –y muchas otras-, muy mal que el alcalde tenga diferentes prioridades, más allá del mandato superior de liderar la ciudad y, que ante las constantes dificultades por las que atraviesa el municipio, se vaya para Argentina ¡a un congreso de comunicación política!. Imagino entonces que, donde la responsabilidad política no fuera una utopía por estos lares, más de uno sería candidato -no a gobernar-, sino a recoger la figura. Por ahora tendremos que conformarnos con el hecho que los otrora aliados del mandatario, cabalguen sobre la impopular administración, para mostrarnos la solución a los problemas que, entre otras, ellos mismos han contribuido a su generación.

Mucho por aprender. En Gran Bretaña, por ejemplo, ¡seis semanas! duró como Primer Ministra, la conservadora Liz Truss, en medio de una crisis económica -y política- que sacude a los países que la conforman, renunció, con una inflación del 10,1% anual -según medición para el mes de septiembre-, una cuestión que, para los británicos, no da espera y las soluciones planteadas por la hoy expimer Ministra, pareciera ser que ahondaba mucho más la crisis, no hubo alternativa, ni vacaciones, ni tiempo para el aprendizaje que la rescatara de la determinación final.

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!

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CAMILO ERNESTO OSSA B.

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