Rebuznos solemnes

Camilo González Pacheco

Quizás, nunca antes en nuestra historia patria, un Presidente electo de la República de Colombia, ha desplegado antes de su posesión, una maratónica jornada de diálogos gubernamentales con sus adversarios políticos de siempre y sus contradictores empresariales, económicos y sociales como lo está realizando el Presidente Gustavo Petro. Un verdadero hito de democracia representativa, en búsqueda de acuerdos, entendimientos, y sobre todo, de efectiva gobernabilidad.
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Sin embargo, “Lo cortés no quita lo valiente” como reza y enseña ese viejo refrán, resaltando que la buena educación no se riñe con el carácter valiente y decidido. Pero –siempre hay un pero que se atraviesa como la tradicional mula en el camino- se avizora que  el reto del Presidente  Petro, de avanzar en su programa de gobierno en búsqueda de hacer realidad derechos económicos y sociales en favor de las clases populares, encontrará una férrea oposición de los sectores dominantes del país, expresados rabiosamente por la derecha colombiana. No sólo en sus propios medios de comunicación, con amplia cobertura nacional, sino en todos los escenarios políticos y gremiales. Se opondrán a cualquier medida que toque el dedo meñique de las poderosas y opulentas manos de la oligarquía colombiana.  

Para la muestra solo dos tenebrosos y recientes botones: María Fernanda Cabal, que califica la victoria del Pacto Histórico como “comunismo puro y duro” y Enrique Gómez M. quien presagia en sus delirios laureanistas que Petro buscará eternizarse en el poder. El citado Gómez, rebuzna solemne: “no lo soltará nunca”. Como se puede observar, - políticamente hablando- Petro no la tiene fácil. Ya retumban y brillan, rayos y centellas, lanzados en su contra desde la caverna de la política tradicional colombiana. 

Sin haberse posesionado del primer cargo de la nación, los terratenientes y la oligarquía financiera están prestos para iniciar su oposición al nuevo mandatario, utilizando todas las peligrosas formas de lucha, que históricamente han manejado, cuando de atacar a sus contendores se trata. De verdad, supremamente peligrosas para la democracia nacional. La historia patria tiene registros dolorosos de varios de estos episodios antidemocráticos.  

De ahí, el urgente y necesario respaldo activo y movilizado, de los sectores populares y medios, en apoyo de un nuevo modelo económico y social de defensa de las mayorías sociales del país.  

Recordando a Darío Romero. 

Recordaremos perennemente con alegría, cariño, fraternidad y camaradería a Darío Romero, nuestro compañero de siempre en los sueños de construir una Colombia más nuestra y justa. Somos testigos existenciales de su militancia presente y permanente, por consolidar el humanismo y la democracia integral como forma de vida acorde con la dignidad humana. Eternos abrazos y solidaridad con su entorno familiar y político.  ¡Venceremos!

 

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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