Seguridad humana

Camilo González Pacheco

En la reciente transmisión de mando de la Policía, -encabezada por primera vez en la historia nacional por el propio Presidente de la República- Gustavo Petro se refirió en su intervención al asunto conceptual de la seguridad. En esta ocasión, sobre el tema específico de la “seguridad humana”, precisando –de entrada- que no era un invento suyo, sino “un tema de discusión mundial”.
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El presidente Petro tiene toda la razón. En efecto, los conceptos de seguridad con enfoque preferente aplicados recientemente en el país, se refieren especialmente a la seguridad nacional, la seguridad pública y la seguridad ciudadana.  

En este mandato, el enfoque preferente es el de seguridad humana, concepto que hunde sus raíces en planteamientos que vienen de documentos de PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) desde 1994 y que enfatiza en la seguridad humana como la libertad de amenaza, riesgo, necesidad y miseria de las personas. 

En este sentido, la seguridad humana está ligada inexorablemente al desarrollo humano, en búsqueda de mejora en la calidad de vida de las personas y el desarrollo pleno de las capacidades personales, como armónicamente se plantea en este gobierno, desde la dirección del Estado, en especial desde Presidencia y Policía Nacional. 

Conviene recordar, que la ONU agrupó en 7 dimensiones a la seguridad humana: seguridad personal, seguridad alimentaria, seguridad económica, seguridad de la salud, seguridad ambiental, seguridad comunal, y una supremamente importante: seguridad política.  

Como se podrá observar, en la tradicional seguridad convencional,  se requieren sofisticados y armados ejércitos en defensa del territorio y de la institucionalidad. En la seguridad humana, también y preferentemente, se requieren políticas contra la pobreza, la promoción de los  derechos humanos, tanto civiles y políticos, como económicos y sociales.  

Es decir, según lo afirman tratadistas sobre este tema, “se trata de una visión innovadora que, como la noción de desarrollo humano, puede contribuir al cambio social”. Igualmente, garantizar con democracia real e integral, la participación de todas las personas en el diseño y proyección estratégica de alcances concretos en desarrollo humano y cambio social. 

Encierra de por sí, -esta concepción- importantes alcances políticos tanto para los gobiernos nacionales como para la cooperación internacional, que requieren exámenes multidisciplinarios en el análisis de situaciones y causas complejas que determinan condiciones de inseguridad de las personas. O sea, la necesidad de incorporar, más allá de la exclusiva seguridad territorial y soberanía, aportes académicos de indiscutible importancia, como lo son por ejemplo, los económicos, políticos, antropológicos y los enfoques de género. Orientados en la alta vulnerabilidad y la insatisfacción de las necesidades básicas de la población. Nada más, ni nada menos. 

 

CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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