Paz total

Camilo González Pacheco

La propuesta de “Paz Total”, del Presidente Petro ha arrancado bien. Y su mensaje con tinte bíblico de “No matar, no desaparecer, no torturar”, parece que ha sido acogido -ahora, y quizás en mucho tiempo- por 10 actores armados, que enlutan y desangran la nación. Ojalá ese propósito de paz y convivencia se mantenga, consolide y profundice. Colombia lo reclama con urgencia.
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Por estos días –informa el Comisionado para la Paz Danilo Rueda– los mencionados 10 grupos armados ya han iniciado el cese al fuego. Se confirma, que dentro de esos grupos se encuentran las disidencias de las Farc conocidas bajo el nombre de Segunda Marquetalia. Y también, nada más ni nada menos, que los tristemente célebres integrantes del despiadado Clan del Golfo. “Cada grupo con su naturaleza está mostrando su disposición” comenta optimista el Comisionado para la Paz. Por ahora, buenas noticias.

Sin embargo, no se debe olvidar ni soslayar, que una buena parte de la derecha guerrerista y paramilitar colombiana, estará moviendo sus fichas de guerra y muerte para sabotear este propósito pacificador. Posiblemente intentará atacar y sembrar zozobra, desatando y renovando el conflicto. Parecería que para ellos, como cantara hace décadas “El Jefe” Daniel Santos, solo están cuatro puertas abiertas, en relación con sus contradictores: el hospital, la cárcel, la iglesia y el cementerio.

Tampoco debemos dejar de lado, que varios de los más prominentes voceros, -y sobre todo voceras- de esa derecha rabiosa y guerrerista, se muestran a diario como devotos y devotas, seguidoras y seguidores de los mandamientos cristianos. Pero con su prédica en la vida real y cotidiana de nuestra nación, peligrosamente promueven y agitan la violación permanente del quinto mandamiento: no matarás.

Ese quinto mandamiento, según los maestros y teóricos del tema, también nos enseña que debemos respetar el alma, la salud, el cuerpo y la fama de los otros. Extraordinaria prédica, que para bien de la nación, se pudiera practicar en nuestra cotidianeidad y en toda la geografía patria.

Sin embargo, por estos lares vamos perdiendo la materia. Para la muestra, estos fatídicos datos: El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reveló que entre enero y junio del presente año 13.224 personas murieron de manera violenta en Colombia. Valga la pena aclarar que de esa cifra 6.392 corresponden a homicidios, 3.800 muertes que ocurrieron en eventos de tránsito y transporte, 1.688 de manera accidental y 1.344 suicidios. 

Con estos datos, es imperioso reconocer que cotidianamente en Colombia, la muerte avanza arrogante, ganándole a ratos la partida a la vida. Ojalá superemos rápido éste periodo, y la esperanza y la vida derroten pronto al miedo y la muerte, y consoliden la paz total en la nación.

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!

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CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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