En materia energética el palo no esta para hacer cucharas

Carlos Eduardo Lagos

El tema de la transición energética a las energías renovables y el reemplazo de la industria extractiva, ha sido una de las banderas del gobierno del presidente Gustavo Petro; sin embargo esta propuesta no ha sido pacífica, varios gremios de la producción, ambientalistas y economistas han planteado sus dudas sobre cómo se haría está transición, sin afectar la cuenta corriente de la economía nacional.
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Si bien de acuerdo a lo expuesto por el profesor Aurelio Suárez en el programa Sapiens, las finanzas nacionales están soportadas trágicamente en el endeudamiento público y no en la explotación minera y de hidrocarburos, estás cuentas le permiten un flujo de caja a la administración pública, por lo tanto cortar este circuito sería muy grave para la salubridad económica del país.

A pesar de que la propuesta se ha ido atemperando por los ministros, es bueno recordar que durante la campaña se comparó a la minería y al petróleo con la coca, dentro de la propuesta de un proceso de desescalamiento gradual del modelo extractivista; no obstante dentro del mismo se dice que se prohibirán la exploración y explotación de yacimientos no convencionales y el desarrollo de yacimientos costa afuera. Hay un punto en el que sí estamos de acuerdo y es en la detención de los proyectos piloto de fracking, pues la estrategia económica y energética no se puede basar en “raspar la olla”.

Algo preocupante es la propuesta de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, en el sentido de ceder nuestra soberanía energética a Venezuela asegurando que Colombia tiene reservas “por entre 7 y 8 años” por lo que en ese tiempo el país podría establecer una hoja de ruta de la transición y de necesitarse el recurso energético, este podría ser comprado a Venezuela “usando las líneas de transporte ya existentes entre ambas naciones”.

Sobre el tema otros críticos como el senador Jorge Robledo han expuesto que Colombia debe cuidar su medio ambiente, obvio. Pero produce tan pocos Gases de Efecto Invernadero (GEI) que sola no define en el calentamiento global. Debemos unirnos con el resto del mundo para reclamarles a los grandes países productores de GEI que reduzcan sus emisiones. Esto es cierto pero no se contrapone al deber de involucrarnos en las decisiones que los científicos reclaman como trascendentales para la vida en general de todo el planeta

El tema energético es el más crucial en la propuesta del presidente Petro; por lo que quiénes hemos asumido una postura crítica, lo vemos con preocupación; por lo que depender del gas de Venezuela, el producto que mueve la energía en los hogares sería un exabrupto.

 

CARLOS LAGOS

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