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Se equivocan también cuando dicen que las tales bonificaciones salieron de recursos privados y no de dinero público, pues lo que así llaman no es tan privado, es dinero de empresarios que con esfuerzo pagan sus afiliaciones para que se retribuya en servicios, no para remunerar burócratas que cumplen las tareas para las cuales fueron contratados con muy buena remuneración. Que los funcionarios de la CCI trabajaron muchas horas y redujeron su salario por unos meses, es meritorio pero no excepcional pues en muchas otras entidades y empresas han hecho igual y aún así no lograron sobrevivir. Y que los miembros de la Junta trabajan ad hoc por largas horas no les hace excepcionales, igual sucede en muchas organizaciones y lo asumen como parte de su responsabilidad social sin necesidad de cacarearlo.
Lamentable que en cambio de ofrecer disculpas a la ciudadanía por el error en que incurrieron y proceder a reintegrar la inmerecida bonificación y renunciar a la Junta por abusivos, opten por asumir una actitud arrogante y acrítica como si fueran los dueños de la CCI que pueden hacer de ella lo que quieran, eso se llama despotismo.
Atentamente,
Julio César Rengifo Rojas.
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