Campaña del miedo

César Picón


La entrevista de Vicky Dávila a Petro publicada ayer en la Revista Semana es apenas una muestra de lo que hará el establecimiento para tratar de retener el poder en manos del uribismo. Vale la pena leerla o ver el video para entender el propósito real de una entrevistadora que con todas las preguntas trató de inducir respuestas sobre temas sensibles para la opinión publica, que después pudieran ser usadas en contra del candidato.
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El miedo es el elemento principal que ha usado la extrema derecha de este país para ganar elecciones. En el 2016 lograron imponer el “NO” en el Plebiscito por la paz mediante argucias difundidas por redes sociales que terminaron por crear confusión y rabia entre la población, como lo reconoció el mismo gerente de esa campaña. Haber mentido deliberadamente para hacerle creer a la gente que los ex guerrilleros ganarían mas salario que el grueso de los trabajadores colombianos, que se iban a recortar las pensiones para financiar los acuerdos de paz o que Timochenko sería el próximo Presidente, valió para que muchos electores confundidos terminaran por votar en contra de unos acuerdos que ni siquiera lograron conocer. Luego, en la campaña presidencial de 2018, vendieron una teoría conspirativa bajo la premisa que si no ganaba Duque Colombia seria la segunda Venezuela, que se expropiarían las tierras y se acabarían las empresas, como de pronto no era suficiente entonces prometieron “más salarios y menos impuestos”. Por segunda vez consecutiva, mucha gente volvió y comió cuento. 

Ahora que ven que la mayoría de ciudadanos tomó la decisión de cambio, están dispuestos a hacer lo que les toque para evitar que alguien contrario a sus intereses llegue al poder. Saben que si se van por el camino de los argumentos no lo lograran. Nadie en su sano juicio va a rechazar elegir a quien promete reformar el sistema de salud y de pensiones, en un país en que se sufre por acceder a una cita medica o para obtener medicamentos y en el que hay millones de ancianos desprotegidos; que ofrece instaurar la educación superior gratuita y universal, lo que por ahora es un privilegio de pocos. Ningún ciudadano votaría en contra de alguien que propone un sistema tributario que ayude a distribuir mejor la riqueza hoy acumulada en manos de unos pocos colombianos que, a propósito, acomodan las leyes para evadir impuestos. En un país ensangrentado por las masacres, las bombas que matan niños y la feroz guerra por el narcotráfico, cualquiera votaría por quien pone la paz y los derechos humanos por delante.

Así que lo que hay que esperar en el debate presidencial no es una confrontación de ideas y propuestas sino una franca campaña de miedo basada en la falsedad y el desprestigio. Por ahora va contra Petro, pero estará disponible para cualquiera que amenace con derrotarlos. El miedo no es a Petro, sino a que se produzcan los cambios que no quieren los poderosos.

Los medios de comunicación que sirven al establecimiento y las incontrolables redes sociales serán las vías de ataque predilectas, los medios porque publican lo que se les ordene, las redes porque es por donde se informa la mayoría y no exigen ningún rigor en su contenido.

Para que llegue el cambio habrá que derrotar la campaña del miedo. Como lograrlo es todo un desafío.

CÉSAR PICÓN

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