Punto de inflexión

César Picón

Las banderas rojas ondeaban en el parque Murillo Toro el pasado sábado como una confirmación de que el pueblo Liberal está más cerca que nunca del Pacto Histórico que propone Petro.
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Horas antes, en la Casa Liberal del Tolima, la máxima dirigencia del Partido representada en los directorios liberales, el congresista Ángel Gaitán, los concejales y diputados, se reunían con el Senador Liberal Luis Fernando Velasco y Gustavo Petro en un diálogo franco y directo que concluyó en dos puntos: Velasco está jugado a representar al liberalismo en la consulta del Pacto Histórico de marzo y Petro no aspira a que los liberales dejen de serlo sino que acepten la invitación a ese gran acuerdo sobre lo fundamental para poner en marcha las reformas pendientes.

En la plaza pública Petro reiteró la propuesta para que el liberalismo deseche el mandato que pretenderán imponer desde Bogotá para que se apoyen las mismas élites políticas retrógradas y corruptas que solo lograrán profundizar la realidad de violencia, pobreza y desigualdad que vive el país, y que por el contrario se haga parte del cambio que vendrá de la mano de un gobierno popular que no esta haciendo mas que recoger las banderas liberales.

Lo que ocurrió el sábado en Ibagué se convierte en un punto de inflexión para el liberalismo en la carrera presidencial. Es la primera señal de una parte de la Institución (la del Tolima) de querer hacerse parte de una gran alianza de fuerzas demócratas; hasta ahora ninguna de las directivas liberales de un Departamento se habían reunido formalmente con Petro y menos movilizado su militancia para respaldar una manifestación política.

También se constituye en un hito que las mayorías de la Asamblea del Tolima aprobaran una sesión informal con los candidatos del Pacto Histórico, Petro y Velasco. Incluso, me atrevo a decir que es el escenario más concurrido que han compartido ambos líderes, sobre todo con participación de liberales, después de pasadas manifestaciones en Cali y Popayán; Luis Fernando Velasco se constituye en un eslabón fundacional para unir al liberalismo con el Pacto Histórico.

Con todo esto, se espera que pronto otros congresistas y fuerzas liberales de otros departamentos se rebelen contra la dictadura de Cesar Gaviria y den un paso al frente para ayudar a forjar la alianza que se requiere para ganar y gobernar.

El liberalismo no solo está invitado a convertirse en una fuerza que ayude a forjar la victoria en las urnas, sino a que sea un constructor de reformas que permitan que Colombia avance en términos de productividad, trabajo, paz, democracia, sostenibilidad y equidad; un defensor frente a las embestidas del establecimiento y las fuerzas retrógradas que intentarán por todos los medios evitar los cambios y transformaciones que se impulsaran en el Gobierno de Petro.

Con el paso del tiempo el miedo se extingue y la esperanza renace. Después de casi 4 años

de un gobierno desastroso y una pandemia dolorosa que develó las profundas desigualdades sociales, el debate ya no gira alrededor de las falacias que difundió el uribismo como la expropiación y la segunda Venezuela, sino en cómo recuperar la economía del país, impulsar la industrialización y la productividad, proveer empleos, salir del espiral de violencia, y asegurar para toda la población servicios de salud, educación y protección a la vejez. Esa es la experticia del liberalismo. Ahí es donde debemos estar.

 

CESAR PICÓN

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