La insoportable movilidad

César Picón

Desplazarse por las calles de Ibagué se volvió insoportable. La movilidad está colapsada ya no solo en horas pico sino en todo momento. Alcanzar la calle 60 para quien viene subiendo por la Ambalá, atravesar la Pedro Tafur en sentido Parque Deportivo – Éxito, lograr pasar por la glorieta de Mirolindo desde y hacia el centro, son misiones casi imposibles. Eso sin mencionar los atascos en las vías céntricas y en otras intersecciones criticas de la ciudad. Desde hace varios meses, medios de comunicación, analistas y columnistas hemos llamado la atención sobre la inusual congestión vehicular que se presenta en Ibagué, que no es atribuible exclusivamente a la época decembrina y de vacaciones, sino mas bien pareciera ser un fenómeno sistemático que viene en aumento desde el año pasado y especialmente este que termina.
PUBLICIDAD

En una columna del 13 de septiembre de este año -“La ciudad repleta”- hablé de una posible causa: la migración interna producida por la pandemia, y propuse que el gobierno local, las universidades y la Cámara de Comercio investigaran el repentino y acelerado aumento de población y vehículos y plantearan respuestas al desafío que ello propone; otras personas también han lanzado hipótesis y propuestas.

La Administración municipal hasta ahora se ha hecho la de la “vista gorda”, como si la cosa no fuera con ellos. No se conoce ningún diagnóstico sobre el inaguantable tráfico y menos acciones concretas para mitigar su impacto sobre la perdida de tiempo y productividad que ocasiona la congestión vehicular. La insulsa respuesta del Alcalde quien afirmó que los trancones de Ibagué no ameritan la modificación de pico y placa porque supondría una “afectación a la reactivación económica”, demuestra no solo la indiferencia absoluta del gobierno ante un problema que vivimos a diario los ibaguereños, sino también la nula intención de implementar medidas que alivien el caos en las calles de  la ciudad.

Aunque está claro que la solución estructural está en la implementación integral del Sistema Estratégico de Transporte Público (Setp), la construcción de esperadas obras de infraestructura vial y el cambio paulatino en los medios de transporte que utilizamos los ciudadanos, lo que será un proceso de largos años. Se pide que la Administración salga de la parálisis y se le mida a hacerle frente a la situación con medidas coyunturales inmediatas. Le corresponde a la Secretaría de Movilidad, con base en estudios y mediciones, plantear las alternativas, sin embargo, aquí algunas que parecen lógicas: en la glorieta del Éxito cerrar el paso de la paralela de la Quinta carril bajando para que el flujo vehicular en esta intersección se limite a conectar la Guabinal y la Pedro Tafur en ambos sentidos, todo el que necesite bajar o subir por la quinta que lo haga por encima del puente tomando las orejas o por los semáforos de Arrayanes y del Jardín, además, ampliar el tiempo del semáforo del Palermo hacia y desde esa misma glorieta; quizá modificar algunos retornos en el recorrido de la Pedro Tafur. Instalar semáforos en las intersecciones de Mirolindo y la calle 60 con Ambalá, está demostrado que cuando los guardas de transito regulan los flujos en esos puntos se alivia la congestión, volver ese trabajo permanente. Implementar el anunciado contraflujo de la carrera Sexta desde el centro hasta la calle 60. Analizar la posibilidad de ampliar en horarios o dígitos el pico y placa. Entre otras.

CÉSAR PICÓN

Comentarios