Dudas razonables sobre el viaducto de la 60

César Picón

La Alcaldía informó que en julio iniciará la construcción del intercambiador vial de la calle 60. Indudablemente toda obra que prometa mejorar la movilidad en la atascada Ibagué es una buena noticia. No obstante, tengo dudas razonables que quiero poner a consideración.
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Lo primero es respecto a la prioridad y utilidad de la obra. El Plan Maestro de Movilidad muestra que las glorietas del Éxito y Mirolindo son mas problemáticas, esto es, que en horas pico reciben un flujo mucho mas alto de vehículos que la intersección de la 60 con Quinta.

Eso sin tener en cuenta que próximamente tendrán incluso una mayor demanda de capacidad por cuenta de las miles de viviendas que se están construyendo en inmediaciones de la vía al Aeropuerto y en el sector de Picaleña, que convierte al Éxito y Mirolindo en pasos obligados para conectar la zona baja con la zona media y céntrica de la ciudad. Aquí también conviene revisar que tan pertinente resulta una mega obra que acelere el flujo en esa intersección y termine entregándolo a unas vías con capacidad limitada, sin paralelas completas, cruces semafóricos a escasos metros; puede ser que la obra simplemente termine trasladando el trancón unos metros más adelante.

Lo segundo es, si acaso en lugar de insistir en construir un cruce del que nadie se queja, no conviene invertir en las obras estratégicas que están proyectadas en la ciudad. Si ya iniciaron con un pequeño tramo de la calle 103 (desde Progal hasta la Plaza del Jardín), ¿por qué no continuarla hasta donde los recursos lo permitan? Con la construcción de la calle 103 se lograría conectar la Av. Ambalá con la autopista de salida hacia Bogotá, algo que ayudaría a descongestionar la Av. Pedro Tafur que es quizás la principal pesadilla en términos de movilidad. El presupuesto de esa obra supera los $100 mil millones por lo que seguramente los recursos que pretenden invertir en un solo cruce podrían servir para construir más de la mitad de esa vía. Otra opción podría ser iniciar la construcción de la avenida Carrera 13, una vía que conecta el centro de la ciudad con el barrio Cañaveral y que quedó en el aire después de haber sido prometida por el Gobernador; hoy en día es solo un camino. Pero ya está diseñada toda la vía, un tramo prioritario que va desde el centro hasta la calle 37 incluida la conexión con la Ambalá y que cuesta 41 mil millones de pesos, menos de lo que terminará costando el viaducto.

La tercera duda gira alrededor de los costos y los tiempos. En abril del año 2015, la consultoría contratada para ejecutar los estudios y diseños de la intersección de la carrera Quinta con calle 60 elaboró un presupuesto de $30.559 millones, incluida la interventoría y más de $7 mil millones para compra de predios y trámites necesarios para poder construir las obras. Ajustado por la inflación, hoy hablaríamos de un costo de obra aproximado de $39.000 millones, sin embargo, en alguna entrevista pasada el Alcalde habló de mas de $70 mil millones. ¡Qué raro! Ha pasado más de la mitad del periodo de Gobierno y apenas están actualizando diseños, hay que garantizar la totalidad de los recursos, hacer la gestión predial, obtener permisos y licencias, licitar y ejecutar. ¿Alcanza el tiempo?


 

Frecuentemente hay más que aprender de las preguntas inesperadas de un niño, que de los discursos de un hombre

 

Cesar Picón

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