La cultura también cuenta

Cicerón Flórez Moya

Nada justifica la subestimación de la cultura en los programas de gobierno, de los partidos, de la empresa privada o, en general, de las organizaciones que en alguna forma tienen relaciones con la comunidad o ejercen influencia sobre la misma.
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Y es que el producto cultural en sus variadas expresiones hace parte de la identidad de la sociedad. Es savia para su desarrollo en términos de perfeccionamiento cualitativo de la existencia de los seres humanos.

La cultura es también la vida con sus dinámicas creadoras. Es la suma de mucho de lo que se hace, en lo cual están la estética y la ética como estrellas en el compartido ámbito común.

Conviene tener claridad sobre la importancia de la cultura. Lo que representa en la comprensión de las posibilidades de la existencia humana. Y no es nada complejo. La Enciclopedia Hispánica hace estas precisiones:

“Cuando se observan de cerca los miles de variantes de los seres humanos, no sorprenden tanto las diferencias entre sus rasgos físicos como la infinita diversidad de sus modos de vivir y de sus costumbres.

Si se examinan esas diferencias más atentamente, pronto se advierte que se trata de diversidades del lenguaje, las ideas, las creencias, los códigos sociales, las técnicas, los ritos y las concepciones artísticas, éticas y religiosas. También se descubre que estos elementos se hallan presentes en todos los grupos humanos, que constituyen creación propia y particular de cada uno de ellos y en consecuencia son distintos de los de los demás.

Todos esos elementos propios del mundo humano conforman la cultura que es, por tanto característica del hombre. Los animales pueden crear sociedades disciplinadas y orgánicas, pero nunca producen ese objeto único que es la cultura. Esta debe también diferenciarse del concepto de civilización; la cultura está presente en todo grupo humano, mientras que el término de civilización designa lo que acontece en la historia de las sociedades humanas cuando estas alcanzan un estado urbano, un código de escritura y un determinado desarrollo técnico e intelectual”.

Con respecto a Norte Santander hay que reconocer hechos que jalonan el desarrollo cultural y entre los cuales hay que mencionar la Fiesta del Libro organizada anualmente por la Biblioteca Julio Pérez Ferrero. La Secretaría de Cultura de Cúcuta de la cual es titular Patricia Omaña Herrán tiene protagonismo por su gestión articulada a sectores activos, con irradiación sobre la comunidad. Juan Carlos Uribe también emprendió acciones de apertura de la Secretaría de Cultura del departamento y es de esperarse que su sucesora Ana Graciela Ortiz Torres mantenga el rumbo. Están también, gestores privados como la fundación El 5 a las 5, Almendrales y Hojarasca, la fundación promotora del Museo de Cúcuta, la fundación Cerámica Italia, los artistas, los escritores, los cuenteros, los de la música. Pero es necesario articular a todos esos constructores de cultura a fin de que tengan una mayor cobertura y sus resultados sean más funcionales en toda la región.

Debe aceptarse un incremento de los recursos destinados a la cultura.

Por su parte, las universidades están llamadas a hacer más visibles sus contribuciones a la cultura mediante actos abiertos a la participación generalizada.

Hay mucho más por hacer y es necesario proceder con dedicación efectiva.

Puntada: Dos premios de reconocimiento, de instituciones académicas del exterior recibió a finales de 2022 la Universidad de Pamplona. Felicitaciones a su rector Ivaldo Torres y a toda la comunidad de esa alma máter.

 

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CICERÓN FLÓREZ MOYA

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