“¿Y el poder para qué?"
Con un tono de sarcasmo utilizado como crítica a los desvíos de la política en el país, el dirigente liberal Darío Echandía, quien mereció el reconocimiento de maestro por sus saberes, soltó esta pregunta desde la tribuna pública: “¿Y el poder para qué?”. La puso a consideración, sobre todo, de quienes tenían el manejo de la nación desde el poder. De los servidores del gobierno en sus diferentes categorías, de los patrones adueñados de la economía, de los jefes de los partidos con dominio de opinión, de los propietarios de la tierra, adueñados sin suficiente legitimidad de una fortuna generadora de desigualdad y de pobreza en contravía de las posibilidades productivas. En fin, una pregunta abierta a todos.