Un Procurador para un Estado laico

Colombia es un Estado laico, guste o no a los funcionarios que no saben ni quieren distanciar sus convicciones personales y fe religiosa de sus deberes.

Colombia es un Estado laico, guste o no a los funcionarios que no saben ni quieren distanciar sus convicciones personales y fe religiosa de sus deberes. 

El caso del –ojalá muy pronto- exprocurador es casi caricatural en el país, toda vez que resultó hasta “más papista que el Papa”. Muchos miembros de la Iglesia católica respetan más las laicidad de las leyes colombianas, dejando libres a sus feligreses de acogerse o no a estas. Es tan grave la situación que a muchas mujeres –y hombres– les aterra la posibilidad de que se incluya al monseñor Ordoñez en la terna para la próxima elección de Procurador. 

Este mes, mujeres del país y organizaciones de mujeres hicieron llegar al Presidente una carta en la que expresan su “profunda preocupación por la amenaza que significa para el Estado Social de Derecho (...) la posible inclusión del señor Alejandro Ordóñez Maldonado en la terna de la cual deberá ser elegido el próximo Procurador”. 

La preocupación está justificada porque “el señor Ordóñez ha demostrado que sus posiciones traspasan el ámbito personal, para convertirse en los sustentos de sus actuaciones como funcionario. La imposición de las posturas del Procurador en contra de los derechos humanos, fundamentales y de la misma esencia pluralista del Estado Social de Derecho colombiano, ha hecho que incluso los organismos internacionales (…) hayan llamado la atención sobre la conducta indebida de este funcionario”.

De hecho, en 2010 el Comité de Derechos Humanos de la ONU expresó su preocupación porque el “Procurador General de la Nación no apoya la aplicación de la sentencia de la Corte Constitucional” que reconoció el derecho de las mujeres y niñas colombianas a la interrupción voluntaria del embarazo en ciertas circunstancias”. 

Las leyes son para aplicarlas y respetarlas y, como lo recalca Beatriz Quintero, en una entrevista publicada en El Espectador, “Colombia es un Estado laico, no religioso… Si alguien siente que en su trabajo va a violentar su consciencia, no debe aceptar el cargo. Lo que no puede hacer es volver sus creencias un asunto de obligatorio cumplimiento para el resto del país”.

Credito
CHRISTIANE LELIEVRE

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