¡Alerta de un futuro nada prometedor!

Columnista Invitado

Lo que sucedió este 13 de marzo, día de elecciones Legislativas, es resultado de una situación que se viene presentando en el Sistema de Educación en Colombia.
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La educación se volvió un negocio y perdió su objetivo principal, ser uno de los servicios que debe trabajar por el desarrollo de una sociedad. Para las instituciones educativas es más importante el ingreso monetario de una matrícula que la calidad académica y exigencia de la misma.

Algunos jurados de votación demostraron el grado de irresponsabilidad al no tener la capacidad y competencia de diligenciar un formato como el E14, donde solo se debían agregar números y sumas sencillas. Se pudo observar la debilidad en la escritura y la lectura. Y sobre todo la escasez de valores, donde no importó hacer mal el trabajo, arrojando resultados desafortunados para un país basado en la democracia. Demostraron que son personas sin competencias básicas de formación, ya que debían asumir una responsabilidad con compromiso, dedicación pero sobre todo con sentido de partencia por un país débil políticamente.

No tuvieron en cuenta que el resultado del proceso electoral compromete el desarrollo y progreso de un país.

 

Formato

Tomado de: Registraduría Nacional del Estado Civil

Esta alerta es la primicia a un futuro nada prometedor, instituciones educativas que se les olvido exigirle a los estudiantes, como en tiempo atrás se hacía. Ahora un docente lo miden no por su buen desempeño profesional sino por el número de estudiantes que aprueban o pierden la asignatura orientada. Esto para el sector de la educación profesional.

Y nada diferente es en el sector de la educación media donde al final del año es un sorteo de que estudiante puedo o no pasar al siguiente año. Estudiantes con 3,4,5 ,6 asignaturas sin aprobar y entre ellas están las matemáticas y el castellano. Materias fundamentales de vida que son base para todo. Como saber leer y sumar en un día de elecciones desempeñando el rol de jurado.

Es hora de replantear de nuevo que la educación es un servicio que debe primar la calidad antes que lo monetario. Es importante que a un docente no se le limite a la hora de exigir para tener buenos profesionales. 

Debemos recordar que en la educación está el futuro de las nuevas generaciones.

En este momento me hago una pregunta, que será del desarrollo y progreso de un país; si vamos a tener ingenieros sin competencias donde fácilmente se les van a derrumbar sus obras por un mal cálculo matemático, abogados que por no saber interpretar la ley permitan injusticias, contadores que liquiden mal los impuestos por desconocer las normas que rigen el tributo del país. Y así cada una de

las profesiones.

Lo más preocupante es que estos estudiantes de hoy, serán los que formaran generaciones más adelante, porque en la media que pasa el tiempo nacen nuevos docentes, y si no se preparan y no se les exige hoy como estudiantes como serán ellos en el rol docente más adelante.

Preocupante lo que está sucediendo hoy en el sistema educativo de nuestro país, se olvidó la esencia de la educación, la prioridad es formar en lo académico y en valores, con exigencia y disciplina, y no priorizar lo económico por encima de lo académico y mucho menos permitir que un estudiante avance en su formación sin cumplir con los requisitos mínimos en un proceso de enseñanza - aprendizaje.

Esta es la salida perfecta para soñar un futuro más prometedor.

Desde las tempranas edades y hasta que se tenga la oportunidad de estar en el rol de estudiante, se debe exigir lo necesario para asegurar que se llegaran a tener los mejores profesionales, que se encargaran de hacer crecer y progresar a un país y a toda una sociedad.

¡Es hora de prestar atención a esta alerta!

 

Gissela del Carmen Alvis Ladino

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