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Allí, en la Institución Educativa Distrital María Inmaculada, ubicada al suroccidente de la ciudad, se encuentra el Centro de Atención Tutorial (CAT) de Barranquilla, a través del cual hace 13 años, la Universidad del Tolima, desde su Instituto de Educación a Distancia (IDEAD), ofrece formación universitaria, bajo la modalidad a distancia, aportando así a la reducción de brechas de acceso a la educación superior del país entero.
Hace un par de meses tuve la oportunidad de visitar este CAT, y mientras recorría el camino que me llevaba de Ibagué a Barranquilla, pensaba en la pregunta, a veces osada, de algunos incautos, que enuncian, con tono de ironía ¿Qué hace la Universidad del Tolima en Barranquilla?
Llegué a las 7:00 am del día sábado, lo primero que me encontré fue una cancha múltiple, tal y como las que vemos en los colegios públicos de Ibagué, su gran diferencia era los rostros de quienes habitaban ese espacio, en su mayoría rostros coloridos, con sonrisas blancas, cabellos crespos, un bello tono costeño retumbaba en los rincones. De inmediato me percaté de la presencia sentida de las mujeres con camisetas rosas, negras, vinotinto, cada color acorde a los programas profesionales que cursan: Regencia en Farmacia, Administración Financiera, Licenciatura en Educación Artística y Licenciatura en Educación Infantil.
Me recibieron con el calor y la calidez propia de su clima y de su aroma costeño, en esa cancha pronto los bailes folclóricos y la música, acompañadas de tambores, maracas y voces femeninas, llenaron el espacio de vida y vitalidad. Estábamos ante una fiesta, la fiesta de gratitud por la Universidad del Tolima y su IDEAD; esto último lo comprendí al final del día, después de escuchar las narrativas de nuestras y nuestros estudiantes.
Recorriendo sus aulas, escuche sus voces, todos ellas iniciaban con un gracias… Gracias por estar aquí, gracias por que el IDEAD fue nuestra única oportunidad de formación. Pude leer en sus rostros sus propias luchas, sus propias batallas por ser profesionales y ver en ello un gesto de esperanza, recordé las palabras de Vaclau Havel, quien fue presidente de la República Checa: “Esperanza no es la convicción de que algo salga bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, salga como salga”. Para ellas y ellos, ser profesionales tiene sentido y es su construcción vital por un presente y un porvenir mejor para si mismos, sus hijas e hijos, sus familias y sus comunidades.
El CAT Barranquilla cuenta hoy con 656 estudiantes, de las cuales el 83%, 547 son mujeres, algunas de ellas madres cabeza de familia, otras desplazadas por la pobreza o la violencia, otras lideresas de sus barrios o de sus comunidades. Todas ellas, comprometidas con ser profesionales, incluso me encontré en la misma aula a madre e hija estudiando. Por otro lado, tan solo 287 estudiantes viven en Barranquilla, los demás viajan, cada sábado, en moto, en transporte urbano, en lo que encuentren, desde lugares como Soledad, Baranoa, Malambo, Sabanalarga, Juan de Acosta, Galapa, Luruaco, Sabanagrande, Palonuevo, Cartagena; con recorridos que oscilan entre una, dos y hasta diez horas.
Encontré en sus rostros, en sus ojos esperanzadores, en sus luchas por una vida mejor, las razones para seguir habitando este lugar. Como dice Claire Williams, lideresa de la Fórmula 1, “Si quieres volar, tienes que batir tus propias alas”. La Universidad del Tolima y su IDEAD, debe seguir siendo una oportunidad para que muchas mujeres y hombres de Colombia puedan batir, desde la educación superior, sus propias alas.
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