No por madrugar...

Juan Manuel Galán

A pocos días de iniciar el año, se desató una polémica con la propuesta de impulsar una “séptima papeleta” para refrendar el proceso de paz.

Convocar al pueblo para que decida sobre lo que se está negociando en La Habana es fundamental para lograr una paz duradera; sin embargo, la reciente polémica parece tener que ver más con las próximas elecciones que con un interés genuino en poner a consideración de todos los ciudadanos un tema de interés general.

No por madrugar amanece más temprano, y la razón fundamental es porque cuando se realice la consulta, no solamente se va a poner en consideración del pueblo un acuerdo general para que éste decida si lo aprueba o lo rechaza. Se deberá consultar si cada uno de nosotros está dispuesto a recorrer un camino de transición política, en el que acordemos una nueva forma de resolver nuestras diferencias, en el que se pueda hacer política sin armas, en el que el campo sea motor de desarrollo nacional y en donde todas las regiones puedan integrarse en una sola institucionalidad.

Por eso es importante andar sin prisa, porque más allá de un sí o un no, lo que está en juego es lo que va a ocurrir después de las negociaciones en La Habana. Por ejemplo, cómo las comunidades ejecutarán los cambios acordados, cómo los estudiantes vigilarán críticamente su implementación y las universidades serán espacios de reflexión y cambios sociales. En otras palabras, la refrendación debe servir para evitar que la paz en Colombia arranque deficitaria desde el punto de vista democrático.

Por todas estas razones, creo que la propuesta de una papeleta es extemporánea e inconveniente. Aunque propuestas como esta pueden generar réditos electorales en un país cansando, que no le cree a la guerrilla pero que está ansioso de paz, es fundamental ser prudentes y esperar a que llegue el momento de consultar y participar para que este proceso de paz sea una realidad para todos los colombianos.

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