Amor en las alturas

Guillermo Hinestrosa

El día 12 de abril un afanado motociclista madrugó a instalar un aviso color amarillo, sobre la valla metálica que promueve el faraónico proyecto Vergel 78.
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Lo desenrolló, fijó provisionalmente con unos alambres, tomó un par de fotos y procedió a desmontarlo. Como un moto ratón salió presuroso y feliz con las imágenes guardadas en su celular. Todo ocurrió alrededor de las 8:30 a.m. frente a una docena de deportistas que se recreaban en el parque público. La operación le tomó menos de 10 minutos. 

Me cuentan que algún vecino lo filmó y que otros dieron instrucciones para que tomen diariamente fotografías y dejen evidencias de que nunca se anunció una solicitud de licencia de construcción. Y es que los malpensados creen que les quieren meter gato por liebre a los curadores, adelantando un proceso urbanístico sin hacer las notificaciones por el tiempo reglamentario. Recuerdan que así se intentó hace unos días con otro proyecto y los caminantes mañaneros del barrio (un notario, cinco médicos, tres abogados, un magistrado, un fiscal, dos banqueros y sus cónyuges, entre otros) se lo advirtieron al abogado Julio Cesar Montañez, a tiempo.  

Quizá todo sea un malentendido producto de la paranoia de los residentes. Pudo tratarse del grafiti de un mototaxista enamorado, deseoso de escribirle a su prometida una leyenda romántica en las bases de su futuro nido de amor en las alturas. Todo lo anterior sin manchar la valla, en un arrebato de civismo (ese día celebrábamos 160 años del Tolima). Pronto lo sabremos.

De otra parte, como lo denunció un condominio del barrio, a 300 metros de ese lugar sigue en alto la antena de 42 metros edificada sobre la zona de protección de la quebrada Las Panelas. La Secretaría de Planeación le negó el permiso a Phoenix Tower International Colombia Ltda (oficio 1220-61019 de diciembre 30/ 2020). El 14 de enero le avisa a la Inspectora Sexta de Policía que iniciaron la construcción sin autorización de nadie. A Cortolima también se lo informaron, pero no ha pasado nada. Una calamidad que los tapabocas de dotación de algunos funcionarios les cubran también los ojos.  

La acción de los ciudadanos debería tener una respuesta oportuna, como muestra de respeto y amor por Ibagué. Siendo habitantes de la Ciudad Musical, nos embarga un celo parecido al que sintió Rafael Escalona por su amada hija Ada Luz. Los vecinos de todos los barrios comienzan a seguirles los pasos a las antenas, castilletes y casas en el aire que nos quieren embutir a las malas y con desprecio de la Ley. La propia Universidad de Ibagué ha ofrecido un equipo de profesionales para presentar las acciones administrativas, judiciales y disciplinarias que impidan la realización de tales estropicios.  

Entre tanto, la Procuraduría anuncia la apertura de una exhaustiva investigación por la fiesta de aniversario que le celebraron el 7 de abril del año pasado a Oscar Barreto. Respetuosamente les solicitamos a los sabuesos auditores del Ministerio Público que, en vez de buscar a Ada Luz Escalona en las nubes, volando hacia la inmensidad, se pongan serios y garanticen que los funcionarios de la Secretaría de Gobierno de Ibagué, Cortolima y demás entes con responsabilidades públicas, cumplan y hagan cumplir las leyes urbanísticas y ambientales. Algunos se las brincan, en sus narices, a ritmo de sanjuanero. 

GUILLERMO HINESTROSA

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