Los huevos del gallo

Guillermo Hinestrosa

Los banqueros, como las suegras, tenemos la maña de no tragar entero. Ponemos en duda los documentos que nos presentan. Somos escépticos frente a informes e indicadores financieros, pues por experiencia sabemos que el papel lo aguanta todo.
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Recientemente discutí con unos empresarios que alababan el crecimiento del 8,5 % del PIB, en el primer trimestre. Comercio y turismo como motores de la economía: actividades artísticas y de entretenimiento creciendo al 35,7 %; transporte, hoteles y servicios de comida al 15,3 %.

El presidente Duque dice que la reactivación va mucho más allá de un simple rebote en V. “Lo único positivo fue que el sector financiero decreció el 3,2 %”, dijo irónicamente uno de mis interlocutores.

Admití el excelente resultado, pero les pregunté: ¿Qué opinan de la inflación? --“Anualizada va en 9,23 %, muy cercana al promedio de la Ocde”--, agregó uno de ellos. Entonces les mostré una noticia sobre las utilidades de Ecopetrol: $6,6 billones a marzo, las más altas de la historia. --“A este país no lo para nadie”--, acotó un ex colega.

Proseguí leyendo la nota completa: “El presidente de Ecopetrol, Felipe Bayón, manifestó que el saldo de la cuenta por cobrar al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) alcanzó $14.1 billones. Agregó que se encuentran adelantando gestiones con los Ministerios de Hacienda y Minas y Energía, para proponer soluciones estructurales en dichos subsidios a los combustibles, y para concretar la liquidación y pago de dichas cuentas”.

Señalé que con ese dato el cálculo de la inflación me parecía artificioso. Nuestro galón de gasolina (US$2,22 dólares) es con el de Arabia Saudita ($2,35) uno de los más bajos del mundo. Algunos ejemplos: Argentina $4,05; USA $4,5; Brasil $5,35; Perú $5,46; Japón $5,83. El gobierno está subsidiando las energías fósiles a través del Fepc. Los $14,1 billones se los debemos a Ecopetrol. De no ajustarse el precio al consumidor el déficit podría alcanzar 3 % del PIB a finales de este año (José Antonio Ocampo), pues los precios internacionales se dispararon 35 % por la guerra de Ucrania.

La gasolina debe subir 55 %, de $9.030 a $14.000. Cada 10 % de alza en los combustibles genera 1,31 % de inflación adicional (Hernán Rincón, Investigador Principal de la Unidad de Investigaciones de la Gerencia Técnica del Banco de la República, 2009). Ajustado el precio, el IPC quedaría en 16,43 %, lo que desbocaría las tasas de interés. Está descartada la opción de esperar que caigan los precios internacionales y el Fondo mantenga los internos, para reponer el déficit, pues la Corte Constitucional declaró inexequible ese mecanismo de compensación.

La bomba fiscal le estallará al próximo gobierno. ¿El costo?, una reforma tributaria, de gran calado, solo para intentar mantener el IPC en un solo dígito. Una problemática que ha pasado inadvertida en los sosos debates de los candidatos presidenciales, que hablan tonterías sobre la transición energética y prometen el oro y el moro, sin decir cómo ni con qué.

Gane quien gane, el próximo presidente deberá respaldar a Ecopetrol. Con su gas cocinan 10.061.213 familias, operan 192.000 empresas y los Entes Territoriales invierten sus regalías. Quizá mantener el descomunal subsidio que hoy reciben los propietarios de carros particulares sea el método que prefiera Gustavo Petro para desangrarla. Dudo que se atreva a degollar “la gallina de los huevos de oro” de un tajo, si quiere conservar los suyos en su puesto.

 

GUILLERMO HINESTROSA

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