Honda, ‘la garganta del Reino’

Guillermo Pérez Flórez

El próximo 4 de marzo se cumplen 378 años de la consagración como “Villa” de la población de “San Bartolomé de Onda”. Por esta razón el Centro de Historia de Honda ha convocado a todos sus habitantes a izar la bandera de la ciudad para demostrar el sentimiento de pertenencia y el orgullo de ser hondanos. Meritoria iniciativa.
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Esta población fue declarada Villa mediante Cédula Real de Felipe IV en 1643, y once meses después (5 de febrero de 1644) se señalaron sus términos, le dieron como santo patrono a San Bartolomé y un escudo de armas con los emblemas de la Casa de Austria y de los Borbones. Para escribir sobre su historia se requieren cientos de páginas. En realidad no fue fundada, fue ‘descubierta’ - pese a que se tenga como fecha de su fundación el 24 de agosto de 1539 – pues cuando llegaron a ella Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcazar, Nicolás de Federmán, Antonio Lebrija y Juan de San Martín ese año, encontraron asentamientos indígenas. Y es lógico que así fuese, gracias a su estratégica posición entre las cordilleras Central y Oriental. Por ello, el Regente Visitador General de la Real Audiencia, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, quien detentaba un cargo de inmenso poder pues manejaba la arcas del virreinato, la llamó la ‘garganta del Reino’ cuando se refugió en ella camino de Cartagena a fin de ponerse a salvo durante la revuelta de los Comuneros. 

Honda fue capital de la Provincia de Mariquita, cuya proclamación como República se produjo el 21 de junio de 1815, hecho que prueba los fuertes vínculos que desde siempre han existido entre estas dos ciudades, que conformaron un importante centro de poder económico y político, tanto en el período colonial como en el republicano. No es una exageración afirmar que el país pasaba por Honda. Todo cuanto entraba o salía entre Bogotá y Cartagena transitaba por allí. En palabras del más notable de sus hijos, Alfonso López Pumarejo, era un “emporio comercial con una tradición secular a donde venían a surtirse los comerciantes de los cuatro confines del país”. Diversas crónicas y diarios de viaje, entre ellos los de Alexander Humboldt y Gutiérrez de Alba, así lo atestiguan. Desde una perspectiva histórica, la tierra de José María Samper, López Pumarejo, Palacio Rudas y Néstor Hernando Parra, es la ciudad más importante del Tolima. Merece que le rindamos tributo de admiración y cariño.

En cada calle, en cada plaza, en cada recodo del Magdalena y del sonoro Gualí que circundan esta bella ciudad hay un pedazo de historia que clama desde el olvido. En Honda fue fusilado el Gobernador Presidente José León Armero, el 1 de noviembre de 1816 por órdenes de Pablo Morillo. Y así como no puede entenderse a Colombia sin el río Magdalena tampoco se puede entender el Magdalena sin Honda, su principal puerto, en donde han visto la luz grandes hombres y grandes mujeres. “Grupos humanos que habitan sus riberas, sobreviviendo, creando, celebrando la vida de un patrimonio en movimiento”. Mi reconocimiento al Centro de Historia y a todas las personas que trabajan por devolverle a esta tierra su esplendor.

GUILLERMO PÉREZ

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