“Quo vadis” MMXXIII ?

Hugo Patarroyo Murillo

Ahora que está tan de moda el “Cesarismo” en el manejo político del país  que, entre otras cosas,  bien vale recordar en algunas páginas web, definido como:  “Régimen político en el cual una persona gobierna con poder total”,  es útil rememorar de dónde proviene tan importante definición.
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Ni más ni menos, que de CAYO JULIO CÉSAR, un “cuasi”  dictador romano que nace en el año 100 AC, y que va escalando poco a poco el establecimiento latino de la época, con destacada oratoria y notables victorias militares y, se granjea la simpatía de “los populares” frente a “los optimates” o, “los mejores” y,   se convierte en el punto de quiebre entre “La República” y el Imperio Romano. En éstos países en vía de desarrollo, al “Imperatore” Julio César, son muchos los dirigentes que, lo han querido emular. Unos con algo de resultado y otros, con nefastas consecuencias. 

Por éstos días, ha salido a la venta un libro del español Santiago Posteguillo  intitulado “ROMA SOY YO”. Es el primero de una saga que el valenciano está desarrollando sobre la vida del pro-cónsul , nacido en Subura, una de las siete colinas de Roma.  Posteguillo Gómez visitó recientemente Bogotá en la presentación de su libro y, sobre el personaje acotó: “En un siglo XXI, donde estamos acostumbrados a que un político defiende “A” por la mañana, “B” por la tarde y, lo que haga falta para mantenerse en el poder por la noche, es reconfortante saber que había políticos que eran coherentes en sus ideas y que las defendían, incluso si se quedaban aislados. Creo que, tenemos mucho que aprender de Julio César”.  El único problema es que, aquí en Colombia, son pésimos los alumnos de “Julius Caesar”.  No entienden bien, qué fué lo que leyeron. 

Para el año que comienza, son muchos los “nubarrones” que se vislumbran en el horizonte y, es mucha mayor la cautela que se debe observar en el manejo del Estado, incluso, en el ya tradicional reparto de “la mermelada”. Por encimita, dislates como la  construcción de la línea férrea entre Buenaventura y Barranquilla con recursos de los pensionados, los nuevos aviones de combate ( un carambolazo a tres bandas, para evitar “suspicacias”),  la cortina de humo con la nutrición de los niños y la bienestarina (cuando el problema , en ésa misma entidad, es otro) etc. etc. ,  se deben manejar “con pinzas”.

Para muchos de los entendidos, el asunto de la economía a nivel mundial no está nada claro e interpretando a Marshall MacLuhan en su concepto de “aldea global”, podemos deducir que: las modernas comunicaciones nos llevaron a la vecindad de todos con todos y, es por ello, que la globalización nos acerca a una interdependencia , inclusive en lo socio-político y económico.

El desacertado ”cesarismo” que tiene contagiado a parte de la actual dirigencia nacional, está aventurando el futuro de un país como Colombia que, si bien necesita de cambios, ésas trasformaciones deben ejecutarse sin odios, sin rencores, sin insensateces, sin necedades, con pragmatismo y buscando la unión (verdadera) de todos los colombianos. 

“A dónde vas”, 2023 ? 


 

 

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HUGO PATARROYO MURILLO

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