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Tiene sus orígenes tanto en el Partido “Dignidad”, organizado por Jorge Enrique Robledo, como en el movimiento conocido como “Compromiso Ciudadano”, acaudillado por Sergio Fajardo Valderrama.
Pero… para entender a D&C , bien vale tener como punto de partida a filósofos actuales como el español Fernando Savater quien, abrevando en la Escuela de Frankfurt, fundada a su vez por Horkheimer, Adorno y Marcuse, en la Alemania del Siglo XX, desarrollan una teoría crítica que “cuestionaba la sociedad y la cultura dominantes y, se enfocaba en la lucha contra la opresión y la injusticia” (Filosofía en la Red). Es de ahí, de donde Savater plantea la importancia del razonamiento moral… “necesidad ésta que deriva del hecho de que los hombres, a diferencia de los animales, somos libres, tenemos que inventar y elegir, al menos en parte, nuestra forma de vida…” y, prosigue : “Libertad es, decidir y es algo que cada uno debe hacer…”
En base a los postulados anteriores, enarbolados por el filósofo y escritor Savater Martín, es de donde debe provenir, el gran axioma de Juan Manuel Ospina (Copresidente de D&C) quien, siempre ha sostenido que, éste nuevo partido es “La Casa Grande de Todos”. A donde tienen techo, amparo, cobijo, todos los connacionales que anhelan un cambio, sin necesidad de desbaratar, de “tirarse” lo existente de la nación colombiana. Que se debe “pulir”, es obvio que sí, que se requiere afinar, también es indiscutible, porque… son muchas las falencias de nuestro sistema político, social y económico. El cambio es necesario para subsistir como nación.
Otro de los grandes “ejes” de D&C, es la forma de hacer política. Se dice que, se debe practicar con “decencia”, sin mirar ni para atrás, ni para los lados, sin estar criticando al adversario, ni vilipendiando al contrario (claro que, a veces, se les van las luces… es cuestión de no darle tanta “comidilla” a la “Mass Media”) sonriéndole al futuro, poniendo semblante de felicidad, dejando a un lado, la cara de “peto fuerte”, como diría nuestro admirado dirigente Gentil Gómez, al referirse a un Jefe Liberal Tolimense. Y… lógicamente, cambiando la pose de hombre “docto”, “conspicuo” y “alpalgatócrata”.
En fin… y retomando el tema de Savater y Dignidad & Compromiso, ahí queda sobre el tapete, una visión diferente, distinta a lo tradicional, ofrecida por un partido político moderno, actual, reciente. Robledo y Fajardo han indicado lo que debe ser una tercera opción que es, la que interpreta D&C. Algo fresco, vigente, preparado para los retos del futuro que, no son nada fáciles y, fundamentados en el servicio público y el progreso nacional.
El resto es “carreta” clásica. Utilizan todos, el mismo sainete: la anticorrupción, el tema ambiental, las mujeres, la defensa de los perritos, el apoyo a ciertas comunidades, el anti-clientelismo, etc, etc. Nada nuevo, nada distinto. Aquí, lo único que se sale del montón, es D&C.
Adendo: Con la reaparición de Rubén Darío Correa en el plano político del Tolima, el ajedrez departamental se revolvió. Estaba todo amodorrado, hasta que apareció nuevamente el comunicador, solicitando co-aval a Dignidad y Compromiso. ¡Éxitos, RUBENCHO!
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