En la pasada columna me referí a la importancia del voto honesto y responsable como instrumento para cambiar las prácticas clientelistas y politiqueras en nuestra región.
El despliegue mediático de la gran prensa fue discreto. Los partidos políticos de oposición estuvieron silenciosos. La captura y ulterior reclusión de Arturo Char en La Picota no tuvo la bulla de otros sucesos, pues se trata de un consentido, representante de uno de los clanes más poderosos de Colombia.
Este gobierno como ningún otro, ha tenido un escrutinio feroz de los grandes medios nacionales y regionales, la oposición política y los grandes empresarios. Como dicen coloquialmente, no le pasan una.
Reiteradamente formulan estas preguntas ¿Qué hace Tolipaz? ¿Cuál es su propuesta de valor? ¿Dónde han trabajado? ¿Quién los financia? Intentaré dar respuesta a estos interrogantes.
Ante el fallecimiento de mi madre haces pocos días a la edad de 94 años, en un estado complicado por el
conjunto de males que se juntan y especialmente por el deterioro físico, cayó en mis manos la lectura que
a continuación les quiero compartir. Una lectura actual con unas hipótesis disruptivas.
El gobierno del presidente Petro, ha sido sacudido por una gran turbulencia maximizada por la oposición, la Fiscalía y los grandes medios de comunicación, alrededor de las denuncias hechas por su propio hijo al poner un manto de dudas sobre la financiación de la campaña presidencial al cumplir su primer año de mandato.
A mi madre le bromeaba con la expresión de que ella nos acompañaría hasta los 114 años y se nos fue a los 94. Me quedaron faltando 20 años de su presencia. 20 años para honrarla, quererla y disfrutarla.
Quien dijo miedo con la decisión política del presidente Gustavo Petro de designar al excomandante de las autodefensas Salvatore Mancuso como gestor de paz y así entablar unos diálogos que según el primer mandatario considera inconclusos y que, por ende, “aún no se sabe toda la verdad”. Inmediatamente empezaron a aparecer voces disonantes que le recordaban el historial sanguinario de este paramilitar, acusado de 139 masacres en las que según informaciones aparecidas en la prensa fueron asesinadas 800 personas.