Curules de paz y campañas electorales

Hugo Rincón González

Se empieza a percibir el interés de las organizaciones sociales y de víctimas en el Tolima sobre la elección de las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz a la Cámara de Representantes en los periodos 2022-2026 y 2026-2030, a realizarse el próximo año. Luego de promulgado el Acto Legislativo No. 02 del 25 de agosto del año en curso, firmado por el presidente de la república que las reglamenta, se agitó la bandera a cuadros indicando el inicio de este proceso electoral sui generis.
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Las curules de paz son una conquista alcanzada luego de la firma del acuerdo entre el gobierno y la exguerrilla de las Farc; tras una intensa lucha jurídica, la Corte Constitucional dio luz verde para que el gobierno pusiera en marcha este logro democrático, así en el próximo mes de marzo de 2022 se podrán elegir los primeros 16 representantes a la Cámara en representación de las víctimas.

La Circunscripción Transitoria Especial de Paz estará conformada en el Tolima por los municipios Chaparral, Ataco, Rioblanco y Planadas, entes territoriales que hoy poseen Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial de los que las comunidades siguen esperando sirvan de instrumento para la transformación regional y el mejoramiento de su calidad de vida. 

El Acto Legislativo 02 deja en claro que para estas elecciones únicamente se habilitarán los puestos de votación y el censo electoral de la zona rural de estos municipios, excluyendo las cabeceras municipales. Se deja claro que los candidatos solo pueden ser inscritos por organizaciones de víctimas, organizaciones campesinas u organizaciones sociales, incluyendo las de las mujeres y grupos significativos de ciudadanos. Para el caso del Tolima, por coincidir con territorios étnicos, se podrán inscribir candidatos de los resguardos y las autoridades indígenas en coordinación con sus respectivas organizaciones nacionales.

Las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz contarán con financiación estatal y acceso a medios regionales, tratando de evitar de esta manera el festín exagerado de los gastos en las campañas promovidos por los partidos tradicionales. Según los entendidos en estas lides se afirma que una campaña a la Cámara de Representantes no baja de 3.000 a 5.000 millones de pesos, mientras que una al Senado puede tener unos costos superiores a los 15.000 millones de pesos. 

Los partidos y movimientos políticos representados en el Congreso de la República o con personería jurídica, entre ellos el movimiento político de las extintas Farc no podrán inscribir listas, ni candidatos para estas circunscripciones. Se trata de garantizar de una manera efectiva la elección de las víctimas sin injerencia de los partidos tradicionales, que sin duda intentarán de una manera directa o indirecta, influir en la elección de estos representantes buscando su cooptación.

La Circunscripción Transitoria Especial de Paz debe verse como una forma de ampliar la democracia en el país, la oportunidad de darles voz y voto en el congreso a aquellos sectores olvidados y excluidos de la Colombia profunda. Sus candidatos y candidatas no deberían prestar atención a los cantos de sirena de los partidos y movimientos que históricamente los han relegado, por el contrario, deben asumir una actitud autónoma e independiente pensando en el beneficio de las comunidades que representan.

La historia registrará más adelante si esta conquista democrática realmente sirvió para generar un cambio político en el país desde la perspectiva de representar la defensa de los intereses de los tradicionalmente excluidos, o, por el contrario, contribuyó con la cooptación de estos nuevos representantes a sepultar una esperanza de avanzar en la construcción de un país en paz.

 

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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