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La oposición de derecha y extrema derecha quiere generar un ambiente hostil en contra del gobierno. Para ello desinforman, se apoyan en fake news y atizan el malestar de la ciudadanía especialmente por la inflación que nos afecta a todos. Esto, sin mencionar el calculado trabajo que se hace desde algunos medios masivos de comunicación y algunos periodistas que no cesan en su ataque continuo y persistente.
Los amigos del gobierno se concentran en los logros conseguidos en estos primeros meses. Destacan la sanción de la ley de paz total, la aprobación de la reforma tributaria para la financiación de los programas sociales, la sanción del Acuerdo de Escazú, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, el comienzo de las transferencias de 500 mil pesos mensuales a madres cabezas de hogar con niños menores de 18 años, entre otros.
Ese tinglado del que hablé al comienzo pasará de las redes sociales a la calle en las movilizaciones a favor y en contra del gobierno. Esta semana que inicia (escribo esto el lunes), se darán movilizaciones en todo el país. El propio presidente Petro viene convocando una para el 14 de febrero, en la plaza de Bolívar en Bogotá, haciendo un llamado a que esta concentración se replique en todas las plazas públicas del país. Hay que recordar las gigantescas manifestaciones en su favor luego de la destitución de la alcaldía de la capital del país, que pone de presente la gran capacidad de convocatoria y movilización que tiene el primer mandatario.
La marcha en contra impulsada por la oposición política, en contra de la gestión del presidente y de las reformas sociales para hacer realidad el cambio prometido, está citada para el próximo 15 de febrero y tiene como promotor al representante a la cámara Miguel Polo Polo. Se apoya en la inconformidad de la ciudadanía y se soporta en una gran desinformación.
Estas marchas y contramarchas se convertirán en un gran pulso político. Muchos opinadores ven inconveniente que un presidente convoque al pueblo a una movilización pacífica en respaldo a sus reformas. Creen que esto se puede salir de las manos, especialmente porque luego del acuerdo de paz, han resurgido las marchas, tomas y bloqueos. Dicen que es peligroso promover este tipo de actos porque en Colombia, por cualquier cosa la gente sale a calles y carreteras, reclamando sus derechos.
La movilización social ha sido precursora de cambios y de defensa de derechos. Históricamente ha sido promovida por sectores políticos de izquierda y movimientos sociales que desafían el establecimiento. Hoy tenemos un gobierno de izquierda comprometido con un programa de cambio que debe ser garantista de las marchas programadas. Se debe permitir su realización y rodearlas de garantías.
Para algunos sectores las reformas sociales en trámite en el congreso, deberían discutirse exclusivamente en este recinto, les causa prurito cualquier vinculación de la sociedad porque lo interpretan como una presión indebida. Para ellos son mejores las transacciones y los acuerdos políticos, sin embargo, queda claro que este gobierno tiene una apuesta que se soporta en la sociedad y no dudará en convocarla para respaldar la gran tarea transformadora por la cual salió elegido.
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