Pensar e inspirar la paz

Hugo Rincón González

Siempre será grato volver a encontrarse con los que compartimos la utopía del sueño por la paz. Sentirse cerca de hombres y mujeres que, en las más variadas latitudes del país, trabajan con abnegación, responsabilidad y amor por construir una vida querida para las comunidades más afectadas por el conflicto armado. Y es que una vida querida es precisamente las que las personas de esos territorios quieren y no la que les impongan los actores armados irregulares y muchas veces el propio Estado.
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El encuentro se dio en el contexto de la celebración de la Asamblea General de la Redprodepaz, un escenario donde confluyen 26 Programas de Desarrollo y Paz que están sintonizados con este propósito superior. Hubo momentos de conversación sobre el contexto nacional y también el tema institucional de estos programas que desarrollan su trabajo en más de 500 municipios del país.

Hubo una reflexión estratégica sobre cómo ha cambiado el contexto en los cuales surgieron estos Programas de Desarrollo y Paz. Hace más de 25 años, la violencia se explicaba por las condiciones de exclusión política y económica de gigantescos sectores de la población colombiana y tenían a la guerrilla como un actor protagonista. Ahora, luego del acuerdo de paz con las Farc, hay un fenómeno de deslegitimación de la lucha armada. Sin embargo, hoy hay una proliferación de lo que llaman Grupos Armados Organizados GAO. Estos oscilan entre si en su actuar prima el interés político o su interés en el negocio del narcotráfico.

Un factor de cambio clave ha sido la llegada de un gobierno que a diferencia del anterior le apuesta a una propuesta de paz total. Elevó la lucha por este objetivo como una política de estado. Contra viento y marea, a pesar de los nostálgicos de la guerra, volvió a colocar en la agenda de discusión política el tema de la reconciliación de los colombianos. Siempre, siempre será preferible una paz imperfecta que una guerra perfecta.

En esta conversación se habló de la pertinencia de hablar de las violencias en plural. Se presenta esta por conflictos de géneros, etnias, generacional, ambiental por los movimientos sociales. Hablar de construcción de paz requiere tener en cuenta todos estos nuevos actores y dinámicas. Esto se reflejó en el estallido social del año 2021 donde se visibilizaron nuevas conflictividades y nuevos actores a tenerse en cuenta. Hablar solamente de silenciar los fusiles no es suficiente, se necesita entender que el nuevo escenario es la cultura.

En la cultura hay que posicionar un imaginario de paz desde las regiones y sus particularidades. Promover un cambio que extinga tanta polarización y odio entre los colombianos. Es imperativo para ello trabajar en el fortalecimiento de los valores y las actitudes personales que incuban el germen de la violencia. Aquí conviene llamar la atención en los medios masivos y redes sociales con sus noticias falsas para exacerbar los ánimos y propiciar las reacciones violentas.

Pensar la paz para derivar cambios en los nuevos contextos es una necesidad. Comunicar más y mejor las bondades de la paz en contravía de la confrontación armada es una tarea, porque no es entendible que algunos sectores sigan prefiriendo la violencia y la guerra a nuestra reconciliación y vivir en armonía.

La vida que queremos y anhelamos todos se basa en la dignidad y en el reconocimiento que la vida de todos es sagrada y debemos cuidarla. Suena obvio y elemental, pero en nuestro país no practicamos esta recomendación.
Bueno saber que alrededor de la Redprodepaz hay hombres y mujeres que despliegan su trabajo en las regiones por el desarrollo y la paz. Aquí tenemos a Tolipaz y próximamente escribiré de sus acciones.

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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