Pesimismo vs optimismo

Hugo Rincón González

La otrora prestigiosa revista de noticias semanales y hoy convertida en un pasquín de la extrema derecha, titulaba en su portada, luego del primer año de gobierno del expresidente Duque: Año de aprendizaje. Ese mismo medio, la semana pasada en portada vistosa, luego de siete meses del gobierno Petro tituló: Colombia va mal. Con un rasero diferente se miden logros y dificultades en un país plagado de conflictos y problemas. Si es un mandato que defiende los privilegios de los de siempre, se le hace pasito, mientras que, si es para evaluar a una administración de naturaleza progresista que promueve reformas sociales en beneficio de los excluidos, se muestra todo como si fuéramos hacia el abismo.
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Nadie sensato podrá negar el papel perverso de ciertos medios de comunicación que buscan lapidar el gobierno cada día a punta de titulares y noticias que maximizan los, según ellos, desaciertos de quien gobierna. Lo hemos visto claramente con las reformas a la salud, pensional y laboral. Capítulo aparte lo que han hecho para deslegitimar el propósito de trabajar en la paz total, donde estigmatizan cada acción y magnifican las dificultades que se han presentado. Nadie dice que no informen sobre las complejidades presentadas, distinto a lo que hacen pretendiendo deslegitimar un gobierno que no les gusta.

Otro insumo utilizado con un propósito de demolición son las encuestas. Se solazan señalando la supuesta pérdida de favorabilidad del presidente Petro y su gobierno. Han llegado al colmo con estos instrumentos de señalar que la mayoría de los colombianos apoyan a las EPS y están en contra de la reforma a la salud que busca meterlas en cintura.

Esos mismos medios (no todos), no destacan las noticias que podrían ser generadoras de optimismo y esperanza para los colombianos. El Fondo Monetario Internacional, -FMI-, acaba de dar un espaldarazo a las propuestas de reformas fiscales y económicas que hoy impulsa el gobierno y resalta una de las iniciativas más polémicas, manifestando que: “El objetivo de reducir la dependencia de Colombia del petróleo y del carbón es encomiable”, mostrando su apoyo a una de las grandes metas de Petro.

Callados se quedan cuando el FMI que citan en otros contextos, saluda las propuestas del Plan Nacional de Desarrollo de “impulsar la equidad y la seguridad, haciendo hincapié en erradicar la pobreza extrema y el hambre, reducir las grandes disparidades regionales, alcanzar la paz total en Colombia, y proteger el medio ambiente”. Titulares para la generación de zozobra y pesimismo y silencio malintencionado para destacar lo positivo.

Frente a esta circunstancia mucho se ha discutido de la pertinencia de que el gobierno desarrolle una estrategia comunicativa que le dispute la hegemonía a estos discursos generadores de pesimismo. Una comunicación que genere información pública veraz sobre los avances conseguidos en cada cartera y en el país. Una comunicación que construya una opinión pública con capacidad de “digerir” lo publicado en los medios masivos y sobre todo, una estrategia que posicione el imaginario del cambio por la vida soportada en resultados tangibles e indiscutibles.

Ni estamos con el gobierno llegando a un estado fallido como algunos quieren hacer creer, ni tenemos un país de cucaña como refería Estanislao Zuleta en su texto de: Elogio de la dificultad. En este punto: ¿usted pertenece al bando de los optimistas o el de los pesimistas?
 

HUGO RINCÓN GONZÁLEZ

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