¡Igualdad de género, un reto por superar!

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

A propósito del Día Internacional de la Mujer, quiero suscitar una reflexión que debe ser constante frente a los derechos, sabiendo que es una prioridad eliminar todas las formas de discriminación que se hacen explícitas en los discursos diarios, en las prácticas, en las leyes y en la multiculturalidad nacional e internacional. La búsqueda imperante de la igualdad de género, como una forma de avanzar en el desarrollo de los países, debe ser una prioridad de gobierno.
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El empoderamiento de la mujer se convierte en una garantía social, capaz de disminuir brechas de pobreza, de desnutrición, de enfermedad, de muerte en la infancia; pero solo se logrará cuando cada país, empezando por el nuestro, transforme sus intereses y priorice en la educación de la mujer, porque se ubica en la agenda, como eje fundamental.

El reconocimiento de las niñas y adolescentes, fortalece el futuro para el logro del cambio estructural desde las familias, capaces de brindar condiciones dignas a sus hijos y de aportar a la formación, reconciliación y solución pacífica de conflictos; al proyecto de vida de sus pequeños y la ejecución del mismo, para la transformación de sus condiciones.

Desde el punto de vista de los Derechos Humanos, las mujeres de todas las edades tienen derecho a contar de manera equitativa con todo aquello que implique inclusión en la sociedad; de hecho, el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible, que debe demostrar su avance porcentual en el año 2030, es la igualdad de género, pero, no ha sido fácil, sigue existiendo discriminación y vulneración más aún en los países con mayores índices de desigualdad y en vía de desarrollo.

Desafortunadamente, Colombia se encuentra inmersa en un atraso histórico, que subyace a prácticas ancestrales, sociales, culturales y políticas tan arraigadas, que no se reconocen los derechos femeninos en igualdad de condiciones.

Esta inequidad de género, el no aseguramiento de la formación de la mujer, es uno de los retos por superar, si en efecto se espera un país en mayores y mejores condiciones de desarrollo, donde la mujer aporte a la transformación de la sociedad, gracias a su formación.

La UNESCO, precisa que sólo el 35% de los estudiantes matriculados en las carreras vinculadas a plataformas digitales en la educación superior son mujeres, y se han señalado diferencias en estas disciplinas. Sólo el 3% de las estudiantes de la educación superior, por ejemplo, escogen realizar estudios en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Son carreras en las cuales se desempeñarán cada día más en el futuro y que desde ya están poniendo en condiciones de desigualdad de género, cuando es un imperativo empoderar las niñas y las mujeres, tal como lo concluyeron los Ministerios de Educación y el Simposio Internacional y Foro de políticas en Bangkok, en el año 2017.

El poder del Estado que pretende dominar, el interés por mantener una ciudadanía alejada del pensamiento crítico social, sigue cultivando la injusticia, el hambre, la violencia y el mínimo reconocimiento a la mujer, que solo de manera representativa y en desarrollo de intereses, es incorporada en el escenario político. Igualmente hacen gala de desigualdad, las ternas que generalmente son complementadas con una sola representante para cumplir con la ley de cuotas, como un requisito.

¡Los derechos no se imploran, se exigen!

INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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