La mala imagen de algunos complejos habitacionales en Ibagué

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Se puede afirmar que Ibagué no es una ciudad bonita y en ello tiene que ver la estructura general de las viviendas y de sus calles. Sin embargo, amamos la ciudad y deseamos siempre lo mejor para ella, sus gentes y sus mandatarios.
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No es bonito ni agradable ver edificios que parecen cajas de cartón, lisas, sin aristas en sus frentes, porque fueron diseñados sin sentido de lo estético, como si hubieren sido pensadas y construidas por albañiles sin formación profesional para diseñar y construir viviendas.

Tenemos en Ibagué tres universidades (Unibagué, Universidad del Tolima y Antonio Nariño) que ofrecen la formación de arquitectos y es el momento para que se haga visible su intervención, en las nuevas construcciones de vivienda que crecen en diferentes lugares de la ciudad.

Torres de apartamentos que se elevan para albergar más habitantes, con promedios de área construida entre 45 y 50 metros cuadrados, apropiados como la vivienda de dos personas, siendo que el promedio de habitantes por hogar en Ibagué, es de 3. 6 dato del cual se deduce el fenómeno de hacinamiento.

La Arquitectura es una ciencia y un arte de diseño, en consecuencia, nuestros arquitectos debieran diseñar   edificios de vivienda en los que sea perceptible la creatividad artística, que se hagan visibles los aspectos estéticos que paulatinamente hagan más bella la ciudad.

Se dirá que los costos crecientes de la vivienda, incluyendo la de interés social, se siguen incrementando, en épocas de crisis económica que se vive.

Pero conozco el caso un conjunto residencial bastante apetecido, con torres de 12 pisos, en los cuales la circulación de los accesos a cada apartamento es sinuoso, poco atractivo, contrario al alto costo, inclusive los penthouse de mayor extensión. La circulación hacia loa ascensores, se hace transitando en zigzag, apto para jugar a las escondidas.

En este caso, resulta inaudito que los habitantes de este conjunto, al salir de las torres de cada apartamento para tomar su vehículo y un transporte público, se vea obligado a usar sombrillas en caso de lluvia, porque no hay protección para el tránsito de las personas que ingresan y las que salgan. Da temor circular de noche entre cada torre porque no hay alumbrado disponible.

Además, no se hace visible la presencia de los arquitectos en este caso. ¿Cuál será la situación en barrios marginales? ¿A quién corresponde controlar el espacio para que sea confortable, donde se sienta el deseo y placer de vivir? ¡Estoy asombrada!

Espero que no haya autorización para más construcciones nuevas, en la vía a Calambeo, porque no hay condiciones para suministro de agua y el espacio que queda es zona protegida.

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!

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INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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