El embarazo de niñas y adolescentes

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Los medios de comunicación social, en los últimos meses han incrementado la divulgación de datos relacionados con los embarazos de niñas y adolescentes entre 10 y 19 años de edad.
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Según el Dane, se ha expuesto a la opinión pública un problema de salud que tiene efectos negativos sobre las familias, los infantes y adolescentes actores de la situación.

¿Por qué tanto embarazo de niñas a tan corta edad? ¿Hay acciones que los padres y el Estado pueden poner en marcha para frenar el avance de este fenómeno que es multicausal?

No hay coincidencia en las cifras, pero  los datos gritan  una situación alarmante que requiere  la intervención del Estado.  

Es doloroso saber que una niña se convierte en mujer a los  10 u 11 años con un niño en sus brazos para lo cual no está preparada ni siquiera para dar su leche materna, mucho menos para garantizar condiciones dignas de desarrollo y crecimiento, porque la nueva madre aún está para vivir en medio del juego propio de su edad. ¡Que tristeza! 

Ésas niñas han sido víctimas en buen porcentaje, de  abuso sexual, de embarazos no deseados, de ignorancia para prevenir, casos de angustia originada en hambre y pobreza; abuso al interior de sus propios hogares, entre otros. 

Las cifras del Dane expresan que en el 2021 se registraron en Colombia 4.708 nacimientos en niñas de 10 a 14 años.  Un aumento del 11 por ciento con respecto al 2020, cuando se registraron 4.243 (Según Gestarsalud).
Igualmente se agregan los de nacimientos de niños en madres de 15 a 19 años de edad, y, en consecuencia, tampoco cuentan con el desarrollo psicofísico requerido para responder por  la vida de un nuevo ser humano.

Me pregunto, ¿Cuántos suicidios o muertes se originan en estos embarazos prematuros? 
“El embarazo durante los primeros años después de la pubertad aumenta el riesgo de aborto espontáneo, obstrucción del parto, hemorragia posparto, hipertensión relacionada con el embarazo y afecciones debilitantes durante toda la vida, como la fístula obstétrica”.

Sara  Quevedo en el diario El Tiempo (14 de noviembre)  informa  que  cerca de la mitad, el 45 % de las mujeres indígenas han sido madres antes de los 20 años y el 12 % de ellas entre los 10 y 14 años.

La educación sexual es un derecho de los estudiantes y estos datos develan que no se está cumplimento satisfactoriamente, cuando el Proyecto de Educación Sexual es de  obligatorio cumplimiento y no debe ser una responsabilidad exclusiva de los orientadores escolares, a quienes se les ha asignado el desarrollo de acciones básicas de orientación sexual, derechos sexuales y reproductivos, métodos de prevención del embarazo, la diversidad sexual, la prevención de la violencia sexual y el feminicidio, entre otras. (MEN, 2021, Plan Nacional de orientación escolar).

Idira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

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