El Hospital Federico Lleras sede El Limonar

Pablo Isaza Nieto

Por considerar de fundamental importancia la información contenida en una comunicación que me fuera enviada por el arquitecto ibaguereño Carlos Martínez Silva, relacionada con la grave crisis hospitalaria en que se encuentra Ibagué y el Tolima, creo conveniente presentarla en su totalidad: “En la edición del domingo 9 de diciembre, sobre las Urgencias de Ibagué usted advierte el gravísimo estado de indefensión en que se halla la comunidad por falta de espacios y servicios para atender estados de emergencia, aún en la demanda natural de una población cada día más creciente. No podemos siquiera imaginar qué pasaría en un evento de desastre.

La infraestructura está allí, pero clausurada, sellada, inoperante, contaminada, fuera de servicio. Me permito, con su venia, agregar a su inventario, el Federico Lleras Sede El Limonar, cuyo estado actual produce más indignación que los famosos fallidos escenarios deportivos. Construida hace ya treinta años por el Instituto Colombiano de los Seguros Sociales, su estructura física se mantiene sólida, estable, gracias a un cuidadoso proceso de construcción, una interventoría de obra eficaz y un cálculo de ingeniería muy exigente para entonces.

No será necesaria una gran inversión económica para cumplir las nuevas normas de la Ley 400 de 1997, como tampoco lo será para actualizar las redes y sistemas de servicios eléctricos, sanitarios, hidráulicos y mecánicos. Su aspecto exterior mejorará considerablemente con un sencillo procedimiento de mantenimiento.

Tuve la responsabilidad de hacer la dirección arquitectónica de la obra durante cinco años, siguiendo un proyecto elaborado por mi firma “Londoño y Martínez Arquitectos Ltda.”, como resultado de un concurso nacional patrocinado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Son 23.000 metros cuadrados de excelentes instalaciones, para 200 camas, 14 salas de cirugía, cuya funcionalidad, accesibilidad luminosidad, organización espacial y confort, han servido de ejemplo en la academia, han sido reconocidas, referenciadas y publicadas en revistas de circulación nacional e internacional.

Además está ubicada en el centro geográfico de la ciudad de Ibagué, en un emplazamiento urbano privilegiado, que le facilita su integración con la red vial y la proyecta hacia el nuevo desarrollo de la urbe. Dicho esto, a través de su columna quisiera invocar la solidaridad ciudadana y la franca atención de las autoridades de la salud para que se conserve y se recupere éste invaluable patrimonio tolimense, fruto de un gran esfuerzo del Estado y del trabajo de un equipo muy calificado que cumplió con su deber. La noticia hoy es: “No hay oferentes para la sede Limonar del Fedelleras” (El Nuevo Día, pág. 1. dic. 13).

La gran noticia en 2019 debería ser: “Clase dirigente, Gobernador, Alcalde y Parlamentarios consiguen recursos de la Nación para el Hospital Universitario del Tolima. Cordialmente. Arq. Carlos Martínez Silva”. La información proporcionada por el arquitecto Martínez, quien no solo dirigió la obra en su construcción sino que la diseñó, es fundamental para salvar la sede El Limonar aumentando así el número de camas de la ciudad hoy deficitarias.

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