Las expectativas de Reactivación Económica

Ismael Molina

Las cifras que han empezado a entregar los diferentes analistas económicos sitúan que la caída de la economía colombiana durante el año 2020 estará alrededor del 7% y, a renglón seguido, pronostican un crecimiento durante 2021 de cerca del 4%, que aun cuando no compensa la caída del año anterior, muestra una importante capacidad de reacción de la economía para retornar por la senda del crecimiento. Tal pronóstico tiene como supuesto básico que la pandemia se ha controlado.
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El problema que hoy se presenta es que el supuesto antes enunciado no se está cumpliendo y por el contrario, a lo que estamos asistiendo es a un rebrote de la pandemia que amenaza no solo con el incremento acelerado de contagiados y muertos, a niveles superiores a los momentos más duros del año anterior, sino además a una fuerte incertidumbre sobre el proceso de vacunación, al punto que hoy, pese a los anuncios oficiales sobre la contratación de cerca de 30 millones de vacunas, persiste la duda, dada la resistencia para entregar información y transparencia en la implantación de ésta política pública de vacunación.

En síntesis, lo que nos está presentando el futuro inmediato es una pandemia en fase de aceleración y un proceso lento y farragoso de vacunación, que en el mejor de los casos se iniciará en el segundo trimestre del año. Con esas noticias, ¿es viable suponer una positiva reacción de la economía en el futuro inmediato? La respuesta es negativa. Como lo puse de presente en anterior artículo, para resolver el paro económico tenemos que resolver previamente el manejo y control de la pandemia. Sin ese condicionamiento, todos los pronósticos de crecimiento económico serán fallidos.

Pero la solución no puede ser solo esperar la superación de la pandemia. Es necesario actuar en dos acciones complementarias. En primer lugar, tenemos que prepararnos para hacer lo más eficiente posible el proceso de vacunación. En ese sentido vale la pena empezar a preguntar a nuestras autoridades locales y regionales como lo estamos haciendo. Cuando se iniciaría la vacunación en la ciudad y el departamento. ¿Se están preparando los protocolos médicos y técnicos para el tipo de vacuna que llegará a nuestro territorio? ¿Se ha dado la capacitación necesaria para todo el personal médico para el manejo y aplicación de las vacunas? ¿Existe el suficiente personal médico y paramédico para hacer la vacunación masiva? Estas y otros preguntas, no han tenido respuesta y ya es hora que nuestras autoridades estuvieran pensando y preparando las acciones que se requieren, pues de ello depende que la vacunación no termine siendo un problema adicional.  

La pandemia nos ha enseñado que, aun cuando es necesario establecer fuertes restricciones en la vida social y contar con protocolos que reducen el riesgo de contagio como el lavado de manos, el uso de tapabocas y el aislamiento social, no podemos cerrar totalmente la actividad económica, pues ello conduciría a que los que no mueren por contagio, los mata el hambre, donde la expresión más dramática es el incremento desenfrenado del desempleo. Esa expresión ha hecho que nuestra ciudad sea una de las que aparecen en la vanguardia de esa incómoda condición.

Las respuestas frente a la crisis económica, que hagan menos difícil la necesaria reactivación económica, deben responder a algunas ideas que se han repetido a lo largo de esta pandemia. En primer lugar, se debe crear demanda efectiva que permita tanto aminorar las necesidades derivadas de la falta de ingreso estable y al mismo tiempo genere oportunidades para la estructura económica. Estoy hablando de la necesidad de instituir una renta básica temporal, que evite el incremento desbordado de la pobreza urbana en la ciudad.

Como una segunda y urgente acción es promover la ejecución inmediata de un plan de obras de infraestructura, que igualmente promueva demanda efectiva con base en gasto público que estimule la actividad económica, independientemente de las consideraciones de mercado. Para nuestra ciudad hay suficientes proyectos que cumplirían con ese objetivo, con solo mantener las prioridades definidas en la anterior administración, tales como la carrera. 13, la calle 103 o la terminación de los escenarios deportivos.

Una tercera opción, es la promoción y apoyo a las actividades económicas intensivas en la demanda de mano de obra, como lo es la construcción de vivienda urbana, que se ha venido haciendo a partir de las políticas nacionales y la habilitación de suelos urbanos con base en la aprobación de planes parciales, como se ejecutó en la administración Jaramillo.

Una cuarta acción, es la puesta en funcionamiento de los apoyos financieros acorde con el tejido empresarial de la ciudad y la región, centrado en la micro y pequeña empresa, apoyos solicitados por la Cámara de Comercio de Ibagué y que deben ser aprobados y ejecutados por el gobierno departamental y la administración de Ibagué.

Por último, se debe mantener y ampliar los apoyos educativos para estudios técnicos y universitarios como alternativa para el desempleo juvenil e instrumento para responder a las nuevas realidades técnicas y económicas de mediano plazo, cuando la pandemia sea controlada y la reactivación pueda hacerse realidad.

Ismael A. Molina Giraldo

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