En la segunda vuelta presidencial

Jorge Ancizar Cabrera

En esta segunda vuelta presidencial votemos por un programa que haga un país más solidario, equitativo e incluyente donde quepamos todos y reine la paz, la no violencia y el progreso social.
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“Porque ser libre no es solamente soltar las propias cadenas. Sino vivir en una forma en que se respete y mejore la libertad de los demás”... “Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”. Nelson Mandela, premio Nobel de Paz 1993. 

En las elecciones presidenciales del próximo domingo 19 de junio del 2022, no debe haber vencedores ni vencidos porque la única ganadora tiene que ser la democracia, lo que hay que erradicar es la desigualdad, la discriminación, la pobreza, la miseria, la exclusión y la politiquería, que mucho daño a causado a la patria. Seguir tejiendo la paz ya que es el mejor camino, para acabar con la violencia que nos ha traído desesperanza, desplazamiento, intolerancia y muerte. 

Ojalá la mayoría de los ciudadanos, apueste en la elección del nuevo Presidente de la República, por una verdadera política humanista, que busque la equidad, la inclusión con justicia social para lograr el cambio real que requerimos en lo económico, cultural, político, ambiental, social y así tener una sociedad del conocimiento más participativa que promueva y garantice el desarrollo sostenible y social con acertadas política públicas que permitan establecer mecanismos de intervención del Estado. Buscando el equilibrio del poder, de la libertad y acabando con la desinformación que atenta contra el desarrollo libre de las elecciones y por ende de la participación ciudadana y democrática. 

El pensamiento democrático y progresista debe propiciar un permanente diálogo para resolver los graves síntomas de caos social que tiene Colombia como sociedad democrática. Muchas de nuestras organizaciones estatales se han desfigurado, desprestigiado y no concluyen a la medida su misión institucional. 

Continuamos siendo un país de inmensa injusticia y pobreza, se requiere mejores oportunidades de ingreso, bienestar y empleo, somos un país inequitativo en lo social, en la redistribución del ingreso y aumento progresivo de las necesidades básicas insatisfechas de las personas más pobres y los programas impulsados por los gobiernos han sido insuficientes y muy precarios en su cumplimiento. 

Colombia está cruzando por una profunda crisis social y política, como la decadencia de la moral pública, el crecimiento de la violencia y de la impunidad, la carencia de acciones efectivas para procurar el desarrollo económico y la aceleración sucesiva de las desigualdades sociales. La Carta de las Naciones Unidas, firmada el 26 de junio de 1945, al culminar la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas en la Ciudad de San Francisco, comenzando su vigencia el 24 de octubre del mismo año, el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia es parte integrante de dicho instrumento internacional, que fue redactado al finalizar la Segunda Guerra Mundial, ahí también la paz y la vigencia de los derechos humanos aparecen como ejes fundamentales que indica en su “Artículo 1 Los propósitos de las Naciones Unidas son: 

1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; 2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal; 3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y 4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes”. En los últimos tiempos y dentro del marco de las Naciones Unidas se ha propendido cada día más en fortalecer la defensa y protección de los derechos políticos y civiles, igual, procurar los derechos y deberes de la persona en reconocimiento también de los sociales, económicos y culturales. "La problemática del Derecho Internacional, mucho más allá de lo que inicialmente idearon los redactores de la Carta de San Francisco, ha ido convergiendo hacia la asimilación del concepto de paz con el de la garantía de los fueros esenciales de la persona. El Derecho Internacional es ahora el derecho de la paz y la paz es el respeto a los fueros esenciales de la persona humana" y en Colombia en el artículo 22 de la Constitución Política de 1991, señala: "La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento". Siendo que el voto popular es la máxima expresión de la participación política, hago un llamado respetuoso para que salgamos a votar este próximo domingo y en nuestra libre escogencia elijamos al mejor gobernante para que maneje los destinos del país, y termino diciendo con Thomas Mann que: "La guerra es la salida cobarde de los problemas de la paz".

 

JORGE ANCÍZAR CABRERA REYES

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