Carta a los empresarios colombianos

Con esta los invito a construir un gran acuerdo económico, social y político, que represente los intereses de los empresarios y de los sectores populares y las clases medias, a partir de reconocer que Colombia opera muy por debajo de su potencialidad y que necesita, dentro de la legalidad y la economía de mercado, cambios de importancia. Entre esos cambios resalto crear y crear más fuentes de empleo y riqueza, sustituir importaciones y exportar más, mejorar la competitividad, disminuir la desigualdad social, enfrentar sin vacilaciones a los corruptos y garantizar el monopolio estatal y democrático de la fuerza. Realizar además reformas democráticas en educación, salud y ambiente y reducir el maltrato a las mujeres y demás sectores discriminados.

Entre los peores de la pandemia

Como se advirtió que pasaría, Colombia está entre los países a los que peor les ha ido con la pandemia, tanto en términos de salud –enfermos y muertos–, como económicos y sociales. Y era de esperarse, porque las crisis sanitarias ponen a prueba la capacidad de resistencia de las naciones, tal y como ocurre también con los problemas de salud personales, pues no sufren igual los bien alimentados que los malnutridos, ni los que pueden actuar con eficacia que los incapacitados para hacerlo. Y a esto deben sumársele las omisiones y malas decisiones de Duque y Carrasquilla.

Sí hay alternativa para 2022

La primera decisión sobre las elecciones de 2022 consiste en escoger entre el continuismo y el cambio. Si reelegir o no las pésimas políticas de Iván Duque, las mismas que precipitaron los estallidos sociales de 2019 y 2021, políticas tan equivocadas y dogmáticas que ni siquiera fueron modificadas una vez la pandemia confirmó las falacias sobre “lo bien que va Colombia” –por la simpleza de que algunos prosperan– y la experiencia de 30 años demostrara que han condenado el país al atraso productivo, el desempleo, la pobreza, la desigualdad social y la corrupción.

El paro reclama un acuerdo nacional

Es natural que haya opiniones contradictorias sobre el paro nacional, incluida la valoración de las decisiones de Iván Duque y el Comité Nacional de Paro. Pero ello no impide pensar en dos acuerdos nacionales inspirados por esas jornadas.

Los jóvenes sí tienen por qué reclamar

No tiene antecedentes en Colombia una protesta más masiva, más larga en el tiempo y más extendida en el territorio que la del Paro Nacional que empezó el 28 de abril. Y es notorio que su sustento principal han sido los jóvenes, hombres y mujeres, en especial los de los sectores populares, pero también de las clases medias.

No más sálvase quien pueda

Entre 2002 y 2006, hicimos numerosos debates en el Senado, en la Comisión Quinta y en la plenaria, demostrando lo mal que le iba a ir a Colombia con el TLC con Estados Unidos. Libramos otros hasta el 2012, cuando el Tratado entró en aplicación, luego de que con la lucha democrática impidiéramos que se aplicara desde enero de 2007, como lo pretendía el presidente Álvaro Uribe. Alguien debería calcular las inmensas pérdidas que le evitamos al país con este aplazamiento de cinco años.

Son las importaciones, estúpido

En la campaña electoral en la que George Bush padre perdió con Clinton, este ganó, en buena medida, porque centró el debate en la mala situación económica de Estados Unidos, énfasis que se hizo famoso porque alguien de la campaña fijó un aviso que rezaba: “Es la economía, estúpido”, una curiosa pero eficaz manera de resaltar el problema principal.

Dignidad

Dignidad es un nuevo partido político constituido en Colombia, fruto, de una parte, de la escisión legal (Ley 1475 del 2011) que acordamos en el Polo Democrático Alternativo para que unas tendencias nos retiráramos de esa organización. Y de la otra, de la convergencia en Dignidad de dirigentes y sectores con orígenes diferentes al Polo, unidos sobre un programa y unas normas estatutarias de carácter amplio y democrático, para promover los cambios que requiere el progreso de Colombia.

En el Senado, golpe a la democracia

El sabotaje a la Moción de Censura contra Carlos Holmes Trujillo, el ministro de Defensa que desacredita a la fuerza pública porque ha mentido y engañado para que él y el presidente Duque violaran la ley, es de lo peor que ha pasado en la historia del Senado. Por la decisión duquista de matonear para proteger a un funcionario indigno y porque esos 58 senadores, encabezados por Arturo Char –quien nunca debió ser electo presidente– prevaricaron descaradamente y agredieron a la oposición.

Son dos los capitalismos

Por el aumento de la productividad del trabajo y la concentración de la producción en unidades mayores, desde la Revolución Industrial –1760-1840–, la humanidad ha creado más riqueza y empleos que en todas sus etapas anteriores sumadas, lo cual generó cambios económicos, sociales, políticos y culturales enormes y positivos, como ocurrió con los ingresos y los salarios reales, la expectativa de vida y el avance de la educación y de las ciencias naturales y sociales, bases de todo progreso. Y las repúblicas sustituyeron el poder de los reyes, que con violencia se imponían como “representantes de Dios en la tierra”, se estableció que todos los seres humanos nacemos iguales y se crearon los derechos democráticos ciudadanos más diversos, aunque con frecuencia los violen. Un gran progreso.