Óscar Barreto al Senado

Juan Manuel Díaz

Luego de muchos rumores y comentarios sobre el futuro cercano del exgobernador Óscar Barreto y que lo ponían como futuro candidato a la Alcaldía de Ibagué, el fin de semana pasado, Barreto confirmó en plaza pública, ni más ni menos que en el Líbano “Jaramillista”, que será candidato al Senado de la República el año entrante. 
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En su discurso, Barreto fue claro en decir que irá al Senado para apoyar a los alcaldes y gobernadores en ejercicios de inversión y desarrollo, y no para criticarlos, quizás haciendo una clara alusión a su primo Miguel, quien, en más de una oportunidad, ha lanzado pullas tanto al alcalde Hurtado como al gobernador Orozco, pero de su gestión aquí se ha conocido poco, teniendo en cuenta que sus esfuerzos se han enfocado en tierras boyacenses en donde tiene mucha cercanía. 

La llegada de Óscar Barreto a la contienda del Congreso supone todo un cambio en las dinámicas políticas de la región, y en la estructura misma de ese movimiento político. De entrada, que el candidato al Senado del grupo que hoy por hoy rige los destinos de Ibagué y el Tolima ya no sea su primo, sino el mismo Óscar, líder natural de ese grupo. 

Así mismo, que, en caso de ser elegido, Barreto no tendrá intermediarios, sino que será él quien tenga como reto recuperar el terreno perdido del Tolima en el panorama nacional, que nunca volvió a ser igual luego de la muerte de Juan Mario Laserna. 

Yo he escuchado a algunos analistas radiales, hablar equivocadamente de “Hurtadismo” o “Miguelbarretismo”, entre otros “ismos”, que no son más que derivaciones del Barretismo de Óscar Barreto, que no ha sido ajeno a las traiciones de quienes han querido volar, y olvidarse de quien los ha promovido y apoyado en las diferentes aspiraciones que han tenido.

Todos sabemos que al Barretismo se le dice así por Óscar, el “negro Barreto” como bien lo dijo Alfredo Bocanegra en la pasada campaña a la Alcaldía de Ibagué, y el “negro Barreto”, será quien se enfrente a un desconocido candidato caldense al cual el desteñido liberalismo tolimense apoyará, y desde luego a su primo Miguel, de quien se ha dicho que estaría pensando seriamente en declinar su aspiración a reelegirse ante las pocas posibilidades teniendo a su primo por delante.

  Comienzan las correrías, y ojalá que Barreto, el hoy candidato al Senado, no abandone su don de gentes, su respeto por la institucionalidad y su paciencia para no ser reaccionario ante los ataques y campañas de desprestigio que ya se avizoran, y de las que, en su carrera política, difícilmente se le ha visto defendiéndose en medios confrontando especulaciones. 

JUAN MANUEL DÍAZ

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