Premio Iberoamericano de Poesía para Daniel Montoya

libardo Vargas Celemin

Con gran regocijo hemos recibido la noticia del fallo del XLI Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, organizado en Huelva, España y otorgado a Daniel Mauricio Montoya Álvarez, poeta formado en el Tolima y quien se desempeña como docente de la Universidad de Ibagué.
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El poemario “Los aportes de Humboldt” se hizo acreedor a un premio de 12.000 euros y la publicación del texto. El jurado integrado por tres poetas españoles decidió otorgar por unanimidad, luego de estudiar 953 trabajos, provenientes de más de treinta países. La premiación será el próximo 29 de mayo, fecha de la conmemoración de la muerte del autor de “Platero y Yo”.

Daniel Mauricio hace parte de una nueva generación que desde la región se proyecta internacionalmente y, gracias a su disciplina y apasionamiento por la poesía ha logrado obtener varias figuraciones, entre ellas ser ganador del “IX Concurso de Poesía y Prosa Granajoven 2018” para menores de 35 años, organizado en Granada España, con “El libro de los errores”. Igualmente ha sido finalista en el Concurso de Poesía Universidad de Antioquia, en el año 2016 y recientemente ganador de un estímulo otorgado por la Alcaldía de Ibagué, con el libro “Cuando me abandono”.

La madurez del poeta se ha evidenciado con el paso del tiempo. Quienes lo hemos visto crecer literariamente, Daniel nos sorprende siempre por la variedad de recursos temáticos y artísticos que logra incorporar a sus libros. Precisamente en “Los aportes de Humboldt” consigue que la voz poética se instale en la visión del botánico, zoólogo, geólogo y  explorador, de quien se dice: “fue uno de los redescubridores de América” y pionero de la ecología, gracias a sus profundos conocimientos y a la observación meticulosa de la naturaleza humana y sus espacios. El científico que recorrió gran parte de Colombia estuvo por nuestra región, pernoctó en algunos lugares y dejó, entre otros aportes, un testimonio visual de los famosos cargadores que cruzaban la cordillera Central llevando sobre sus espaldas a los viajeros, como muestra de una esclavitud vergonzosa e inhumana.

El jurado consignó en el acta que el libro es un pretexto argumental y que “el lector debe saber que la obra tiene dos lecturas diferentes, por un lado, la línea argumental en sí y por el otro la posición del autor frente al hecho poético y frente a su pensamiento social”. Y es que la mirada expedicionaria del científico se encarna en la voz cedida por el poeta para decirnos: Hay mucho por descubrir/mi cuerpo no comprende que se me/ ha ido la vida midiendo un parpadeo/.

Este premio tiene una doble connotación, es un homenaje a un científico y un peldaño más en el ascenso vertiginoso de un poeta joven como Daniel.

LIBARDO VARGAS CELEMIN

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