“Cartas a Antonia”

libardo Vargas Celemin

Este libro es la obra póstuma del sociólogo, periodista, explorador y cronista colombiano Alfredo Molano Bravo, fallecido el 31 de octubre de 2019, y en él nos muestra, no solo sus reflexiones frente a la vida y al amor incondicional que siente por su nieta Antonia, sino que es un verdadero recorrido por la geografía y la historia de Colombia, en una mezcla de géneros literarios cuyo producto final no es otro que la crónica de su propia existencia. 
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Aunque el título sugiere que se trata de una serie de cartas dirigidas a su nieta, algunas se transforman en verdaderos ensayos sobre la naturaleza, la importancia de cuidar los ríos, el llano y la selva. En otras vincula trozos dolorosos de nuestra inacabable violencia generada por distintos factores, donde siempre son los campesinos y los colones que resultan expulsados y agredidos. Molano Cuenta como estos buscaron su autonomía y se lanzaron a “desalambrar las haciendas al grito de ‘La tierra para el que la trabaja’. Los insultaron primero, los atacaron luego y les echaron bala después. Se fueron a descuajar montaña y no pocos terminaron en Caquetá. De la ruina los salvó el cultivo de coca”

De todos estos hechos Antonia es la receptora, ya sea a través de las cartas o escuchando al abuelo en largas jornadas, donde le cuenta su niñez, su juventud y la decisión irrevocable de convertirse en un trashumante de la geografía colombiana. En ocasiones lo acompañó por carreteras destapadas, ríos turbulentos y desde el aire fueron testigos de las heridas de la selva producidas por las motosierras para expandir la ganadería, la minería ilegal o la siembra de coca. La escritura de Molano deja el testimonio en sus crónicas periodísticas, sus  más de 22 libros, y en especial, en este donde su nieta repasará la historia de este país silenciado por los de siempre.

La parte final del libro es la más dramática de todas. El cronista siente que sus días están contados y con el profesionalismo de siempre va detallando cada uno de sus dolores, pero en especial el de abandonar al incierto futuro a su nieta, sin embargo, está convencido de que muchas de las cosas dichas harán parte del carácter con que ella enfrentará la vida y  la ejecución de cada uno de sus actos, le estarán recordando las sabias palabras de un hombre que recorrió más de catorce mil kilómetros de un territorio que amó, levantando siempre el inventario de vejaciones al medioambiente y a los seres indefensos que le contaron su tragedia.

En “Cartas a Antonia” hay una exégesis de la violencia que nos agobia, pero también un ejemplo de ternura y de amor filial que reconstruye un hombre comprometido con la denuncia y la esperanza.

LIBARDO VARGAS CELEMÍN

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