Desde el pasado gobierno municipal se nos viene anunciando el cambio en el sentido de las carreras Primera y Segunda en el centro de Ibagué, y el probable cambio del sentido de algunas calles en el mismo sector. Debo decir que comparto plenamente la utilidad de tal modificación.

    Lo que no se entiende es la demora en la implantación de una medida que ya parece tomada. Es agradable que Rodríguez tenga el propósito de acertar y que para ello haya solicitado a su equipo de la movilidad que se haga unas simulaciones (computarizadas o no) y que se ajuste la decisión a los resultados de tal ejercicio técnico.

    Sabemos (sin necesidad de simulaciones porque basta darse una pasada por el sector) que el tráfico de busetas entre las calles 19 y 15 por la carrera Primera es un caos absoluto hacia las 5 o 6 de la tarde. Allí, ve uno que están estacionadas unas 100 o más busetas que casi no se mueven.

    ¿Nos puede informar la Secretaría de Tránsito el valor de la velocidad promedio de ese tramo, a la hora mencionada? Y hay más de 100 motores prendidos, quemando (literalmente) combustible, y más de 100 conductores allí atascados y no sé cuantos pasajeros. Y sabemos que el caos se produce en la tierra de nadie, que es la avenida 15. Se concluye, entonces, que es prioritario para la ciudad que se ponga el acelerador en necesaria solución de transporte masivo de pasajeros.

    También hemos conocido que algunos comerciantes (siempre hay quienes se oponen al cambio) han expresado su temor por una disminución de sus ventas. Francamente, luego de meditarlo varias semanas, no he encontrado una sola razón válida por la que el sentido de una vía genere más o menos ventas a un almacén. El Alcalde habrá escuchado al gremio y tendrá un criterio formado sobre el tema, pero lo que sí debe ocurrir es que el bien de unos muy pocos no prevalezca sobre el bien de muchísimos que podrán gozar de un tráfico más expedito para ingresar y salir del Centro o de La Pola.

    Alcalde, tome la decisión y póngala a funcionar. Es muy claro que venir por la avenida Ferrocarril y continuar por la carrera Segunda o bajar por la Primera y empatar con la Ferrocarril, sin que estos dos flujos se entrecrucen innecesariamente (como ocurre hoy) hará que los ibaguereños dejen de desperdiciar incontables minutos en el paso por la inconclusa glorieta de la 19.

    Haga que el transporte público masivo siga subiendo por la Primera, pero ponga orden en la 15.
    Prohíba el parqueo y el cargue y descargue bajando por la Primera; que usen las calles al sur para ese menester. Es que no es posible que los ibaguereños hayamos pagado un muy oneroso impuesto de valorización, para que ampliaran la carrera Primera y la convertieran en patio de maniobras de dos o tres negociantes en materiales de construcción.