La reforma a la salud

Manuel José Álvarez Didyme

En virtud del proyecto de reforma a la salud propuesto por la actual Ministra de Salud, Carolina Corcho, numerosos ciudadanos, miembros del gabinete ministerial, -pares de la madre del engendro-, y hasta Roy Barreras, han denunciado los inconvenientes que aquel generaría en caso de que, por manes de “la mermelada”, el Congreso luego de superar algunos trámites procedimentales lo aprobara, puesto que sin duda alguna nos remitiría al pasado* llevándose de calle y de manera grave los avances logrados en años de vigencia del actual sistema de salud.
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Devolviendo los avances logrados sobre  la estatización que antaño existió y que por su ineficacia e ineptitud, llevó a que se privatizara lográndose con ello una gran mejoría, al punto de situarlo hoy como uno de las mejores del continente, susceptible de perfeccionamiento, como todo, obviamente.

No obstante, al propósito de cambio que le asiste a la actual Ministra en afán de protagonismo, y si bien faltan aún algunos días para que se inicie formalmente el debate de la reforma, todavía subsiste el conflicto de competencias derivado de la duda sobre la naturaleza ordinaria o extraordinaria del texto que será objeto de discusión, como consecuencia de la improvisación y falta de estudio que han distinguido todas y cada una de las actuaciones de este gobierno, como carente de seriedad y de objetivos ciertos que es.

Es así como, el proyecto no ha podido seguir su curso encontrándose paralizado, pues hasta ahora no se ha designado el grupo de legisladores que debe presentarlo, tanto a la comisión como posteriormente a la plenaria; no se han organizado las correspondientes audiencias públicas, ni se han señalado fechas para los correspondientes debates.

A más que a tal indefinición se agrega, la espera de la resolución del recurso de apelación interpuesto desde la semana que antecede, por 25 parlamentarios seriamente preocupados por la suerte futura del Sistema de Salud vigente, pues no obstante que éste se está viendo amenazado gravemente por tal proyecto, hasta ahora el Gobierno ponente no parece haberse percatado de la afectación negativa que se va a causar a la salud del pueblo colombiano, sobre todo a la comunidad empobrecida y continúa sin escuchar las muchas voces de quienes lo han advertido y disienten de las  presuntas bondades que aquel pregona.

*Caricatura de “Chapete”, tomada del Tomo lll, Historia de la Caricatura en Colombia 1936 - 2020, Beatriz González, pag. 123, Vilegas Editores.

“Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas”, Víctor Hugo, poeta y dramaturgo.

 

MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME-DÔME

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