El gobierno se encuentra en la cresta de la ola

María Yolanda Jaramillo G.

Cuando alguien se encuentra en la “cresta de la ola”, debe preguntarse ¿Cómo será posible volver a la superficie?... pero nuestro Presidente, y todo su gabinete incluido el Congreso, han permitido llegar hasta los 37 largos días, sin entender y sin solución al grave conflicto social y político que viven los colombianos.
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Lo único que el gobierno, ha garantizado,  es demostrarnos su gran ignorancia, en todos los frentes, respecto al conocimiento, en el manejo del país. La ignorancia es su fuente principal, ella ha conducido al gobierno, hacia una serie de decisiones equivocadas; que han llevado a la población a padecer la actual crisis. Es la gran oscuridad de mando, que se posó en el gobierno; no existe luz, ni claridad, el raciocinio,  inteligencia, discernimiento y juicio se nubló, desde el momento que se ignoró las alertas tempranas que permitían prever la crisis que se aproximaba. Ahora, el gobierno al prolongar en el tiempo la urgente solución a la crisis, a través, de negociación de los acuerdos; esta permitiendo que se invada el ámbito de la Moral. 

La Moral, va más allá de hacer el bien o evitar el mal, es mucho más complejo; lo estamos viviendo en el Paro Nacional y en las marchas de protesta, en ellas, el bien y el mal se han mezclado. “una es la voz  de quienes justamente reclaman” “la otra los actos de violencia, que destruyen”. Unos son el consenso de una mayoría; los otros, el consenso de una minoría. La minoría decide seguir en violencia, para que los compañeros no mueran en vano; las mayorías quieren sumar, agregando el símbolo de la paz, vestidos de blanco, en las marchas pacificas que recientemente se han realizado en Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga e Ibagué. No es esto, un llamado al gobierno, a reconocer  que es real y justa la inconformidad; y actuar en consonancia, de acuerdo con las leyes de la razón. Por lo tanto, el gobierno tiene una disyuntiva que debe afrontar ¿Cómo actuar, para que sus decisiones, no produzcan más violencia en las minorías, y al mismo tiempo, no restringir la libertad de las mayorías. Al gobierno le corresponde obrar con madurez y así evitamos lo que una vez Nietzsche pronóstico. “En occidente todo es decadente, e incapaz de proponer un futuro mejor, a esos rebaños humanos, que solo viven  un presente de prisa y bajo los lineamientos de la “autoridad”; “no se evoluciona hacia algo mejor o superior,  como se cree,  sino que se camina hacia la catástrofe”.

MARÍA YOLANDA JARAMILLO

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