La naturaleza teológica de la historia: Benedicto XVI

María Yolanda Jaramillo G.

Hace más de ocho años en una Feria del Libro en Bogotá se resaltaba como gran primicia la obra “INFANCIA DE JESÚS” del Papa Benedicto XVI (q.e.p.d.). Esta obra de 2012, fue de gran impacto porque su actor, es considerado como el Teólogo más importante del siglo XX; a los dos años de ordenado Sacerdote, tenía el título de Doctor en Teología, y ejercía como profesor de importantes universidades en Alemania, además de ser Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, nombrado por su Santidad Juan Pablo II (q.e.p.d.), por consiguiente, ante estas referencias terminé comprando la obra, para luego guardarla.
PUBLICIDAD

Hoy, en honor a él, comparto con los lectores parte de su obra la “INFANCIA DE JESÚS”, su prologo, el cual leí con mucha atención y nos ofrece un tratado de reflexión que encamina y anima a entender que muchas veces a lo largo de la historia no se investiga a profundidad los hechos, descuidando la argumentación que exige aproximarse a la verdad, convocando a la reflexión racionada y convincente; lo cual se permite con la coherencia conceptual, que llega a ser parte de la realidad misma; un ejemplo de ello, es la pregunta del psicólogo Steven Pinker ¿Quién hizo el hombre el juez exclusivo, si la mujer participa con él en el don de la razón? Benedicto XVI, en su obra, logra trascender nuestra elemental facultad de razonar, estableciendo coloquio  entre el pasado, presente y futuro que forma parte inevitable de la interpretación misma, que sin quedar concluido, enaltece el texto bíblico. Él invita a que una interpretación correcta requiere preguntarse qué es lo que los autores querían decir, en su momento histórico. Además, preguntarse ¿Es cierto lo que se ha dicho? ¿Tienen que ver conmigo? Y en este caso ¿De qué manera? Con ello no se disminuye el rigor de la investigación  histórica, sino que la aumenta.

Al entrar en un tema específico de la obra, escogí a los Reyes Magos por su reciente conmemoración (6 de enero). Él comienza con la pregunta ¿Quiénes eran los Magos? y que el evangelista Mateo describe como Magos venidos del Oriente. Una primera acepción evidentemente, al menos en sentido amplio, es que no pertenecían exactamente a la Casta Sacerdotal Persa, tenían un conocimiento religioso, filosófico y sabiduría, que les permitía el término Magos, en una comunidad que buscaba y vivía estos ambientes. En este sentido son precursores de los buscadores de la verdad, propios de todos los tiempos. Salmo 72, 10 -11 “que le traigan regalos y tributos, los Reyes de Tarsis y de las Islas; los de Saba y de Seba”, gran parte de la tradición de la iglesia resalta la estrella que guía y representa el movimiento de los pueblos hacia Cristo, significa que el cosmo habla de Cristo, pero guió a los Magos solo hasta Judea. Cuando se pregunta por el “Rey de los Judíos”, de alguna manera el misterio de la cruz esta indisolublemente unido con la realeza de Jesús. Al final de su obra Benedicto XVI expresa: espero que a pesar de sus límites, este pequeño libro pueda ayudar a muchas personas en su camino hacia Jesús, y con él Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.


 

MARÍA YOLANDA JARAMILLO

Comentarios