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Muchos de ellos se enfrentan a duras condiciones de vida y guardan la esperanza de que sus esfuerzos y sacrificios, dedicados a alguna disciplina deportiva, arrojen frutos en el marco de la representación que constantemente hacen de sus regiones y del país.
Esta semana en el Congreso de la República tuvimos el honor de reconocer, en una merecida condecoración con el máximo galardón orden de Caballero, a los medallistas olímpicos de Tokio 2020. Evidenciamos que su clamor no solo es por el impulso hacia nuevas generaciones, para garantizar un exitoso relevo, sino también para que Colombia tenga una política para el deporte, además de mayor respaldo por parte del Estado.
Como preámbulo a los Juegos Olímpicos que estaban programados para el año anterior, radiqué ante el legislativo un Proyecto de Ley por medio del cual se fomenta el acceso a la educación superior para deportistas de alto rendimiento. La buena noticia es que la iniciativa avanza a buen paso y va para segundo debate en la Corporación.
Proponemos la creación de un Fondo Educativo que estaría vinculado al Ministerio de Educación y sería administrado por el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior, Icetex. El objetivo es poder otorgar becas y créditos a deportistas que se destaquen, en recompensa por su buen desempeño. Los recursos se obtendrían, en parte, a través del Ministerio del Deporte, la cartera de Educación, cooperación internacional y otras entidades.
Este proyecto resulta apremiante y está encaminado a que cuando nuestros jóvenes llegan a su madurez deportiva tengan una formación de pregrado que les permita incorporarse con mayores facilidades al mercado laboral.
Según un estudio de caso realizado por Redondo y Ruiz, titulado ‘Necesidades académicas de los deportistas de alto nivel en el Instituto Distrital para la Recreación y Deporte’, la mayoría de los encuestados solo tiene como nivel educativo el bachillerato.
Sin duda, el deporte debe entenderse como uno de los ejes que une a todos los colombianos y que aporta grandes oportunidades, pero no debe seguir separado de oportunidades de educación.
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