Arropar la paz total

Olga Beatriz González Correa

Sumamente contradictorios suenan los argumentos de “arropar a nuestros militares y policías”, frente a la violencia desatada por múltiples actores armados, mientras piden “mano dura” para el combate; esto suena algo así como “arropemos a nuestros jóvenes soldados mandándolos a la guerra”.
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Lo más particular es que los que lanzan estas cortinas de humo, “cantos de sirena guerrerista”, son precisamente los que quieren desviar la atención sobre sus escasos logros o para que la distracción no permita ver la corrupción electoral que tienen en curso. Los que dejaron al país en el atraso y los que tienen a las regiones en el olvido, hoy se organizan bajo el eslogan refrito de la “mano dura” con el único fin de reacomodarse para las elecciones de octubre y mantener su manido poder de atraso y corrupción. No existe ningún fin noble en su precaria defensa de la seguridad, todo lo contrario, quieren la guerra para que continúe el saqueo.

Los que ayer lanzaban odas al ejército en los medios regionales del Tolima, fueron los mismos que callaron los falsos positivos a finales de la primera década del dos mil, aquellos altísimos que callaron la corrupción de Odebrecht y que luego se volcaron al discurso de la paz para poder ganar incautos electorales en el sur del Tolima.

Según informe de la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, muestra que desde la implementación de la Paz Total por el gobierno del presidente Petro, los ataques y las muertes de miembros de la fuerza pública han disminuido. El informe señala que actualmente es herido o muerto un miembro de la fuerza pública cada 65 horas, mientras que esta situación para abril de 2022 era de un efectivo fallecido cada 36 horas. En el mismo informe también se da cuenta de una reducción del 63 % en el alcance geográfico de los hechos armados contra la fuerza pública.

¿Por qué ante esta situación, hace un año la organización política que dirige el poder en el departamento no abanderaba ninguna defensa de nuestras fuerzas armadas, e incluso se la jugaban toda con el candidato del gobierno que hizo trizas la paz?

La Paz Total es una política en desarrollo y no se puede hablar de ningún fracaso. Hay disminución de los hechos de violencia, las estadísticas sobre homicidios muestran un descenso si se comparan los primeros cuatro meses del 2022 con los del 2023. Hay que avanzar en la política de Paz Total, para proteger los derechos de las comunidades y tramitar los conflictos territoriales.

Construir la paz en medio de la guerra y de guerreros, tanto de fusil como de escritorio, no es fácil, menos en un país acostumbrado al saqueo a través de la violencia, pero debemos entender que este es el escenario más propicio, con un gobierno dialogante, para acallar los fusiles y que retumbe la voz de las comunidades en los más recónditos lugares de nuestra hermosa nación.

OLGA BEATRIZ GONZÁLEZ

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